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Jurar en arameo

Por 13 de enero de 2016 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Joana Bonet

El cine independiente no ahorra en tacos, como si el maldecir fuera una forma de hablar consigo mismo, una especie de voz interior que sale a borbotones y hace a sus personajes más auténticos y creíbles. E incluso en algunas superproducciones de Hollywood, como El Lobo de Wall Street , un histriónico espejo del disparate testosterónico-financiero que nos llevó a la crisis, la palabra fuck (joder) se pronuncia más de 500 veces como nombre, adjetivo o complemento circunstancial. ?Pareces un carretero?, se decía antiguamente al que utilizaba palabras gruesas, cuando ser malhablado era sinónimo de mala educación e incultura. Los movimientos contraculturales se apropiaron de la llave del fuck , consiguiendo asexualizar el término: era su manera de decirle ?no? al sistema, como si para radicalizarse bastara con gritar un sinónimo del acto sexual con un sentido distinto, que implica desde enfado hasta daño o humillación.
Hay acuerdo, por parte de la ciencia, en que soltar una palabrota es un ejercicio liberador que oxigena de la autorrepresión y relaja los músculos. Pero no sólo en los bares y las gradas se impreca, sino que madres atacadas u hombres depilándose utilizan también blasfemias para sobrellevar mejor el dolor. Según un estudio realizado por el profesor Richard Stephens, de la universidad británica de Keele, aquellos de sus alumnos que se deslenguaron fueron capaces de mantener una mano sumergida en agua helada durante 40 segundos más, de promedio, que los que proferían palabras ?correctas?. Otros investigadores llegaron a la conclusión de que, si bien jurar a diario es nocivo y tedioso, soltar de vez en cuando una grosería en la oficina subía la moral común y rebajaba el nivel de estrés.
Otro asunto es cuando palabrotas e insultos se lanzan sin pértiga desde las redes sociales y se agitan de manera enfebrecida y a la vez infértil. Hace unos días el concejal de Participación y Transparencia del Ayuntamiento de la localidad valenciana de Museros, Rafael Bazán, de Podemos, mandaba ?a la mierda? a ?los Reyes Magos, el Papá Noel y la puta madre que los parió? desde su perfil de Facebook. Ya ha dimitido y su partido ha pedido perdón. Ultrajes dañinos y machistas ?desde feas de cojones hasta putas o deslenguadas? han sido las políticamente incorrectas bienvenidas que han recibido las cuperas en Twitter, Facebook e incluso columnas firmadas por veteranos opinadores. Puede que ellos se sientan menos estreñidos insultando, pero no hay que olvidar el efecto que producen el taco y la ofensa cuando se convierten en un tic y, lejos de cubrirse de gloria, lo hacen de mierda.
(La Vanguardia)

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Joana Bonet

Joana Bonet es periodista y filóloga, escribe en prensa desde los 18 años sobre literatura, moda, tendencias sociales, feminismo, política y paradojas contemporáneas. Especializada en la creación de nuevas cabeceras y formatos editoriales, ha impulsado a lo largo de su carrera diversos proyectos editoriales. En 2016, crea el suplemento mensual Fashion&Arts Magazine (La Vanguardia y Prensa Ibérica), que también dirige. Dos años antes diseñó el lanzamiento de la revista Icon para El País. Entre 1996 y 2012 dirigió la revista Marie Claire, y antes, en 1992, creó y dirigió la revista Woman (Grupo Z), que refrescó y actualizó el género de las revistas femeninas. Durante este tiempo ha colaborado también con medios escritos, radiofónicos y televisivos (de El País o Vogue París a Hoy por Hoy de la cadena SER y Julia en la onda de Onda Cero a El Club de TV3 o Humanos y Divinos de TVE) y publicado diversos ensayos, entre los que destacan Hombres, material sensible, Las metrosesenta, Generación paréntesis, Fabulosas y rebeldes y la biografía Chacón. La mujer que pudo gobernar. Desde 2006 ejerce de columnista de opinión en La Vanguardia.

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