Skip to main content
Blogs de autor

El problema no son las princesas

Por 26 de marzo de 2012 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Joana Bonet

 
Millones de niñas sueñan cada día con un hechizo, un vestido de color rosa y un caballo blanco. El príncipe, en realidad, es lo de menos; de hecho, apenas aparece en sus juegos aunque su presencia ?casi siempre al final del cuento? haya causado gran revuelo en el mundo de los adultos. Tanto desde lo políticamente correcto como desde una perspectiva crítica ?la que ha intentado darle la vuelta a los clásicos de los Grimm convirtiendo a Caperucita en una niña deslenguada o al lobo en un pobre bicho asustado?, se argumenta que lo más nocivo de los cuentos de hadas radica en el ideal de dependencia que proyectan. La incompletud de los personajes femeninos, que sólo puede remediarse con la intervención de un caballero salvador, amplificando la vulnerabilidad de las princesitas y glorificando un romanticismo tan venenoso como la manzana de la madrastra.
Pero en los cuartos de juego, lo más significativo es la escenificación del cuento en sí mismo: el vestido como contraseña para acceder a un mundo mágico; el castillo que imprime una atmósfera misteriosa y, sobre todo, la pasión por el papel de princesa, una palabra polisémica en la más tierna infancia. Ni de lejos la idea fuerza la aportan los príncipes sino los personajes secundarios. Vean si no Blancanieves, uno de los clásicos eternos que ahora vuelve a la gran pantalla con Julia Roberts de madrastra y Lily Collins en el papel principal (y en junio, en una versión más punki, con Kristen Stewart y Charlize Theron). Hay imágenes en este cuento que producen mucho más sobresalto que el beso del príncipe: cuando la madrastra le habla al espejo, el heigh-ho de los siete enanitos (un modismo anglosajón que expresa cansancio y que en castellano perdió todo el sentido) y la manzana envenenada, que simbolizan, respectivamente, la envidia, la rutina y el engaño.
Hoy la palabra princesa sigue vendiendo. Lo saben la monarquía británica y la factoría Disney, que se ha forrado con sus muñecas cursis, pero también con las más marginales como Mulán, Pocahontas o Tiana, que rompió con el llamado complejo de cenicienta buscándose la vida y abriendo un bar con su pareja. Pero ni las princesas tradicionales ni las más diseñadas son tan alarmantes como los mensajes que envía cada segundo nuestra sociedad hipersexualizada. La misma que se echa las manos en la cabeza ante la rosificación de los grandes almacenes mientras no deja de insinuarse en los platós acentuando la frontera entre lo naif y lo procaz. La inocencia es un valor a la baja, porque ¿quién la defiende y la alienta? No basta criticar con remilgos la tradición de los tóxicos cuentos de hadas sin advertir el efecto espejo que producimos entre los pequeños, como si en verdad quisiéramos que se parecieran a nosotros en lugar de parecernos un poco más a ellos.

(La Vanguardia)

profile avatar

Joana Bonet

Joana Bonet es periodista y filóloga, escribe en prensa desde los 18 años sobre literatura, moda, tendencias sociales, feminismo, política y paradojas contemporáneas. Especializada en la creación de nuevas cabeceras y formatos editoriales, ha impulsado a lo largo de su carrera diversos proyectos editoriales. En 2016, crea el suplemento mensual Fashion&Arts Magazine (La Vanguardia y Prensa Ibérica), que también dirige. Dos años antes diseñó el lanzamiento de la revista Icon para El País. Entre 1996 y 2012 dirigió la revista Marie Claire, y antes, en 1992, creó y dirigió la revista Woman (Grupo Z), que refrescó y actualizó el género de las revistas femeninas. Durante este tiempo ha colaborado también con medios escritos, radiofónicos y televisivos (de El País o Vogue París a Hoy por Hoy de la cadena SER y Julia en la onda de Onda Cero a El Club de TV3 o Humanos y Divinos de TVE) y publicado diversos ensayos, entre los que destacan Hombres, material sensible, Las metrosesenta, Generación paréntesis, Fabulosas y rebeldes y la biografía Chacón. La mujer que pudo gobernar. Desde 2006 ejerce de columnista de opinión en La Vanguardia.

Obras asociadas
Close Menu