
Jesús Ferrero
Irónico y severo,
afable, burlón, generoso y atento
al despliegue incesante del teatro del mundo,
lector empedernido
de los clásicos y los modernos,
amante de secretos incalculables,
maestro en el arte de la sinceridad
y de la simulación, pues a ambas ha de recurrir
la mente prudente y sabia
en esta selva de fieras y de lágrimas.
Amigo leal hasta la muerte,
fuiste la encarnación
de la dignidad humana
y de la buena voluntad,
y tu sentido de la amistad era tan indestructible
que ni siquiera lo podía destruir la traición.
Te recordaremos siempre.