
Jesús Ferrero
Destiempo, de Silvia Bardelás, es una novela coral con una voz dominante. Hay saltos en el tiempo y alternancia de descripciones con diálogos y monólogos interiores.
Cada capítulo es como un lago donde puedes sumergirte. Su mayor logro es la configuración del protagonista: un joven que fue criado por su abuela, y por lo tanto un hijo sin madre, o con una madre que parece su hermana (pag. 93).
Los etólogos piensan que los hijos sin madre podrían estar despojados de cierta seguridad primordial, que solo puede procurar la madre, y que asienta sus pilares en la infancia. Son individuos más libres, pero también más dubitativos. Parecen extranjeros en todas partes. El protagonista tiene ese perfil psicológico.
Destiempo es un relato denso y bien estructurado, con un desenlace acertado: el exilio, el declinar del ruralismo y los cambios que atañen al fundamento de la personalidad. La Galicia rural es el escenario. A pesar de la sentencia final que incluye la palabra “nada”, no es una novela nihilista, y se apoya en la teoría de las pasiones de Spinoza.
A continuación reproduzco algunas de las frases más memorables con las que me fui encontrando en el trascurso de la lectura, indicando la página de la que fueron extraídas:
¿Ya no existen los muertos? 20
Aquella capa oscura que se presentaba todas las noches delante de la cama. 21
Los cambios no son fáciles, son necesarios. 30
Hay que tomar la iniciativa y moldear lo que hay. 32
Ese despertar sin quererlo, a flashes, a tiros de luz que rechazas. 34
No está mal saber que hayas matado a alguien nada más nacer. 37
Vivían en una falsedad evidente que aceptaban como su medio natural. 39
Os pasáis la vida dejando cosas y personas. 47
No hay vida si no participas en la construcción del mundo. 42
Lo que yo daría porque el mal se manifestase tan claro y poder luchar contra él. Pero no, cuando lo ves ya es tarde. 69
Más se niega el mal, más se piensa en él. 69
Si pudiéramos ver detrás de las paredes, todo estaría solucionado. 85
Mi madre es mi hermana. 93
No podemos ser menos que nuestros antepasados. 99
La vuelta de los desaparecidos nunca es buena, porque el pasado vuelve y deja de ser pasado, que es donde debe estar. 103
¿Cuál es el sentido de vivir cada momento como si fuese el último? 118
Culpa de lo que pudimos hacer y no hicimos. 127
Lo que dice Espinosa: todo lo que no nos deja ir hacia adelante es una pasión triste. 123
Las palabras hacen de frontera contra la oscuridad. 125
La vida es como un océano que saca a la superficie todo lo que quieres enterrar.130
Tiene pasado, mucho pasado, pero no vida pasada. 131
Todo lo que valía ya no vale. 133
La muerte siempre es un remate más que un final. 135
Hay una manera de estar en la tierra diferente, sin prisa, sin tener que llegar a ninguna parte, sin tener que ser reconocido por nadie, sin tener que pertenecer a ningún territorio. 164
Quererlo hasta el infinito y al mismo tiempo necesitar salir corriendo. 167
Una no tiene por qué querer a su madre. 178
Sentir a un niño dentro que no quieres, que golpea contra ti y rechazas esas patadas. 183
Este niño es hijo de toda la locura que estamos creando en este mundo. 185
No era una tristeza triste, era una tristeza elegante. 191
El pasado sin cerrar es una tortura, por eso mucha gente tiene Alzheimer.
Cuánta soledad da fingir. 224.
Por fin ya no creemos en nada. 224.