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UN DATO

Por 15 de septiembre de 2006 Sin comentarios

Jean-François Fogel

Es solo un artículo del diario El Nuevo Herald de Miami. No cuenta una historia, se limita a entregar un hecho: en lo que va del primer semestre del año 2006, las compras de Venezuela a EE. UU. ascendieron a más del 140%. El régimen de Hugo Chávez ya es el sexto socio comercial del Estado que se denuncia diariamente desde el Palacio de Miraflores. La república bolivariana se ubica por delante de países como Francia, Brasil o Rusia.

Basta ir de vez en cuando a Venezuela y mirar a la calle para saber de qué se trata. Las importaciones de coches de lujo sobrepasaron el 30% este año; parece que cada día se abre un nuevo supermercado; y los restaurantes descubren que se puede pedir precios de sinvergüenza a los nuevos ricos bolivarianos.

Caracas es una ciudad donde faltan medicamentos y que tiene o no azúcar según el flujo incierto de las importaciones, pues los campesinos no entregan la caña al considerar demasiado bajo el precio definido por el gobierno que construye el socialismo del siglo XXI. Pero Caracas es también la ciudad que provoca tanto entusiasmo en las páginas de la sección de finanzas del Financial Times: un lugar que se hunde en el efectivo que llega gracias a la subida del precio del petróleo.

Luis Ignacio Lula da Silva, presidente de Brasil, y que algo sabe del presidente de un país vecino, dijo a propósito de Chávez: “Sé que los discursos a veces molestan a la gente. Pero un discurso no es más que un discurso”. Y por el momento, Chávez denuncia a EE. UU. y compra allá más que nunca. Por supuesto, entendemos cómo, poco a poco, Chávez se vincula con Irán, para hacer empresas mixtas, o con China, para vender petróleo. En su intento de cambiar la geografía de la economía mundial, se le ve el plumero. Sus palabras buscan dividir en lugar de agrupar, y oponer en lugar de armonizar. Pero, por el momento, Hugo, el “boss” de su revolución, sigue siendo un líder venezolano típico, no “siembra petróleo” en la época de precios altos y no hace nada para detener una corrupción desenfrenada.

Claro que en los próximos días, vamos a oír palabras fuertes en la cumbre de los países no alineados de La Habana, pero habrá que recordar siempre quién habla. Cuando el presidente boliviano Evo Morales pida un estatuto histórico para el cultivo de la coca, proclame el derecho de Bolivia a disfrutar los beneficios de la venta de sus materias primas y, finalmente, pida una salida al mar, escucharemos a un hombre sincero que intenta hacer lo que dice. Cuando Hugo Chávez denuncie a la superpotencia del Norte, escucharemos a un cliente que habla mal de su suministrador de bienes de consumo.

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Jean-François Fogel

Jean-François Fogel Periodista y ensayista francés, trabajó para la Agencia France-Presse, el diario Libération, el semanal Le Point y el mensual Le Magazine Littéraire. Ha vivido una parte de su vida en España donde empezó una segunda carrera como asesor para empresas de prensa. Fue asesor del director del diario Le Monde, desde 1994 a 2002, y sigue trabajando en la concepción y la remodelación continua del sitio Internet creado por el vespertino. Es maestro y presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha publicado varios libros sobre literatura francesa y sobre América Latina, entre los que destaca  un ensayo sobre el periodismo digital, Una prensa sin Gutenberg (Punto de Lectura, 2007).

En 2010 se dedicó a renovar los seis sitios de los diarios del grupo francés SudOuest, donde continua siendo asesor de la estrategia digital. En los últimos años, se encargó de la creación de una plataforma de información digital para el grupo France Televisions, una de las tres más importantes de Francia. Asesora a varios medios en Europa y América Latina tanto en la concepción de sitios, como en la organización de la producción digital. Es director del Executive Master of Media Management, del Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences Po).

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