Jean-François Fogel
Dos hechos, aislados, nada que ver, sino que son rupturas, momentos donde se adivina el futuro.
1. Lo que ocurrió con Chávez.
Si uno lee bien este cable de la Agencia France Presse, reproducida por el Miami Herald se nota una cosa sencilla, se nota que Hugo Chávez Frías acaba de perder el diez por ciento de su mayoría.
Al renunciar al apoyo de los diputados de «Podemos», anuncia la radicalización de su Revolución. Su comentario «A mí no me da tristeza, me da alegría. ¿Por qué? Porque se van los enmascarados… Qué cosa tan bella la revolución (como) para que vengan fariseos a llenarse la boca con ella» es una manera incómoda de reconocer una ruptura dentro de sus seguidores. La Revolución bolivariana ya no es monolítica.
2. Lo que intenta crear Le Nouvel Observateur.
El viejo semanal, siempre de izquierda, y que asume un papel de referente dentro de la clase intelectual en Francia acaba de poner en línea un nuevo sitio dedicado a los libros bibliobs. Por el momento, está casi vacío pero se nota algo inverosímil, casi revolucionario: en unas páginas, la audiencia tiene la posibilidad de criticar a los críticos. Por el momento es muy poco, no se puede adivinar el futuro de la operación pero, tampoco se puede negar el cambio: la crítica ya no es monolítica.