Jean-François Fogel
Todo se encuentra en Internet, incluida la interpretación de la interpretación de la interpretación de una novela. Hace poco, hablé de la sensación extraña que me procuró la lectura de la reseña de la novela Nuestro GG en La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez, que leí en la revista «Encuentro de la cultura cubana». Sin entrar en detalles, donde yo veía un homenaje a Graham Greene en las letras GG, el autor de la reseña resaltaba que GG es tanto una pareja de escritores (Gutiérrez-Greene) como el G2 ; es decir, el servicio de contrainteligencia de la seguridad cubana.
¿Quién tiene la razón? Nunca lo sabremos, pero el misterio cobra un relieve nuevo con la lectura de una parte de la introducción a la recopilación de artículos de Green que publica el diario Times en internet. El texto cuenta el encuentro casual de Graham Greene con un modelo de espía, en Estonia, en 1934.
El episodio es una caricatura del mundo de Greene: encuentro casual en un avión, entre dos lectores de Henry James. Por una parte, Greene, aburrido y, cómo no, buscando un prostíbulo famoso en Tallin. Por otra, un católico, ex pastor y vendedor de armas de guerra y municiones que pertenece al Foreign Office, aunque su trabajo de verdad es el de espía. Volviendo de Estonia, Greene concibe, para el guión de una película que nunca se hizo, el personaje de un vendedor de máquinas de coser marca Singer, que trabaja como espía para los servicios británicos.
Años después, pasando de un lado del Atlántico al otro, y cambiando de máquina electrodoméstica, tendremos a la figura famosa de Wormold, «nuestro hombre en la Habana», vendedor de aspiradores que finge llevar una red de espionaje y cobra de Londres un ingreso que no merece. Claro que pertenezco a la raza de los que no se equivocan dos veces. He leído mucho a Greene, y conozco a Cuba y nunca sospeché que la figura central de una novela habanera era una importación desde un país báltico. Al contrario: Wormold me parecía muy habanero. Bastaba mirar a la gente en la calle para saber de dónde mi GG sacaba su inspiración…