Jean-François Fogel
No es la “crónica de una muerte anunciada”, más bien una muerte en marcha e irreversible. Lo anuncia el suplemento semanal Le Monde2: en febrero, la Librairie des PUF, es decir lo que fue la librería de las Presses Universitaires de France cerrará para siempre. Ubicada en la esquina del boulevard Saint Michel con la place de la Sorbonne, la librería estuvo vinculada a la más antigua universidad francesa. Desde la Edad Media hasta Mayo del 68, la Sorbonne se vió involucrada en todas las aventuras de la vida académica e intelectual en Francia.
Próxima a la celebración de su centenario, faltaban quince años, la fama de la Librairie des PUF era tal que se puede afirmar que no hubo un solo estudiante parisiense, en los treinta años que siguieron a la II Guerra Mundial, que no hubiera hojeado por lo menos un libro en una de sus tres plantas. Pero la aparición de nuevas universidades tanto dentro como fuera de Paris, así como el creciente negocio editorial por Internet, han dado desde hace años un golpe mortal al establecimiento. El grupo Zara ya había fracasado por poco, en 1999, en el intento de quitar este espacio a los libros para colgar su ropa. El deseo inicial del Ayuntamiento de mantener el negocio original no hizo sino demorar lo inevitable. Finalmente, no será Zara, sino Delaveine, una marca francesa de ropa para personas con tallas especiales, la que va utilizar el espacio. Más allá del destino puntual de la librería, hay que analizar primero lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo para que hayan conseguido hundir el buque más visible de las PUF, una casa editorial que se dedica a las ciencias humanas. Triunfante en Francia, en la época del post-estructuralismo, este sector ha perdido peso, terreno e influencia.
¿Qué es lo que queda del negocio? Intacta, no más que la vieja filosofía. Basta cruzar al otro lado de la plaza para ver la “Librairie philosophique J. Vrin”, en el número 6, de la place de la Sorbonne. El lugar es austero, pero cuenta con empleados que pueden disertar sobre las distintas ediciones del Príncipe o sobre la historia de las traducciones de la obra de Heidegger al francés. Nada ha cambiado, pero clientes y vendedores tienen cara de supervivientes.