Jean-François Fogel
Acabo de descubrir lo que hizo Arcadi Espada ayer en su blog. Es una broma sencilla pero que funciona muy bien: reproducir dos artículos de El País, uno sobre Fidel Castro y otro sobre Augusto Pinochet, sin cambiar nada al texto salvo la inversión de los apellidos. Castro se encuentra hospitalizado en el hospital militar de Santiago de Chile y se lamenta la ausencia de Pinochet en el desfile militar de la Plaza de la Revolución, en La Habana. Según la visión de Espada, no hay que añadir una sola palabra para expresar que un dictador es un dictador, no importa que sea de derecha o de izquierda.
Pero creo necesario añadir una cosita, pues estoy en Santiago de Chile y pasé ayer frente al hospital militar donde se encuentra el general Pinochet (apodado Castro). Vale la pena decirlo de manera sencilla: el tema de Castro vs Pinochet no importa un carajo. Los dos hombres ya murieron. Ayer, frente al hospital militar, había como cincuenta pinochetistas agrupados con retratos del general y banderas chilenas. Una especie obviamente amenazada, casi desaparecida, que gritaba cada vez que se encendía una cámara de televisión. La realidad era el entorno: la ciudad no les hacía caso. Los paseantes, las micros (que son guaguas en La Habana y autobuses en otras partes de América Latina), el flujo normal del tráfico en un día de calor. La presencia de unos jóvenes socialistas permitió la grabación de los insultos y golpes buscados por algunos equipos de televisión. Pero, por favor, ¿de qué hablamos? La vida sigue.
Es más interesante concentrarse en lo que se hizo en el mismo momento en otra parte de la capital chilena: la publicación del último informe de la CEPAL. Es un trabajo sobre la pobreza. Para la CEPAL hay pobres indigentes y pobres no indigentes. Ambas poblaciones disminuyeron en los últimos cuatro años, el mejor periodo para América Latina en el último cuarto de siglo. Con esto ya no hablamos de los dinosaurios como Castro o Pinochet. La pregunta es: ¿cuál es la forma política, el estilo de gobierno favorecido por el boom de las materias primas y el mejor estado general de las economías? Venezuela, Ecuador, México acaban de contestar a la pregunta con tres opciones. Y vemos en todas partes que, más allá de lo que hicieron Fidel y Augusto, la vieja democracia representativa tiene dificultades para sobrevivir como solución pertinente.