Jean-François Fogel
Luminosa crónica del novelista Jorge Volpi en el semanal Proceso del 27 de agosto. Analiza la situación de su país. «No es exagerado, escribe, decir que la tragedia mexicana del 2006 solo tiene dos protagonistas (…): Andrés Manuel López Obrador y la profesora Elba Esther Gordillo». Y sigue con una descripción: «El caudillo y la sibila. El defensor de los desprotegidos y la mujer despechada. Robespierre y Lady MacBeth. El hombre que habría de salvar a México y la mujer decidida a probar que es dueña del país».
A nivel político es fácil de entender: López Obrador es la persona que intenta anular en las calles el resultado de las elecciones que proclamó el tribunal electoral. Gordillo Morales, apodada la «maestra mutante», es miembro del PRI y mantiene una influencia fuerte en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) después de dirigirle. Para Volpi, en su obsesión por destrozar a Roberto Madrazo, candidato del PRI, la maestra aportó al vencedor, Felipe Calderón, los votos que faltaron a López Obrador.
El análisis me parece acertado pero lo que más provoca es la mezcla de las metáforas. Combinar Shakespeare y la Revolución francesa es poco común. Es una prueba tanto del cosmopolitismo cultural de Volpi, como de lo extraño de la situación mexicana. Esta vez ni hablar de Cuauhtémoc o de otro emperador azteca. México vive una locura nueva que abarca todo, desde la sociología de una sociedad en desarrollo hasta los trastornos de figuras políticas. Volpi tiene toda la razón en buscar una referencia para ayudarnos a entender la pelea que polariza a los mexicanos, pero como francés, no le doy a Robespierre y tampoco acepto el alquiler de Lady MacBeth.
¿Es AMLO Robespierre? No lo creo. Robespierre es un extremista, por supuesto, pero lleva una carga desmesurada de egocentrismo. Habla en nombre de la razón, no le importan las masas sino un orden lógico en la organización política de los hombres. Al contrario, el hombre que gobierna Reforma y el Zócalo busca la conquista del resto de su país. López Obrador «no persigue, como lo escribe Volpi, la senda del martirio ni tampoco la santidad, sino el poder en su expresión diáfana». AMLO no es Robespierre. Más bien es un Bonaparte tan confuso que busca una corona de emperador sin ser ya Napoleón.
Con relación a Gordillo Morales, no hay duda: sí, se parece a Lady McBeth. Acaba de matar a Duncan/Madrazo pero por desgracia suya lo sabemos todos y además ella no tiene sangre en las manos ni remordimiento. Lo que me hace pensar que tampoco la mujer que tuvo el papel decisivo en las elecciones es Lady MacBeth. Ni Revolución francesa, ni teatro shakespeariano. México 2006 es un estreno, o una publicación anticipada de lo que Volpi titula como «La Novela del 2006».