Jean-François Fogel
Estoy en Chile. En todas las mesas de todas las librerías de Santiago (Ulises, Feria Chilena del Libro, Antártica, etc.) el libro más visible es Road Story. Autor: Alberto Fuguet, aunque la portada dice también, con gran honestidad: “una novela gráfica de Gonzalo Martínez”.
Se lee de un tirón. Las 127 páginas me costaron 38 minutos, aunque guardaba un ojo neutral para ver como David Nalbandian machacaba a Rafael Nadal en la final del Open de Tenis de Paris-Bercy. Así se debe leer Road Story: en un hotel, en la luz de un televisor que no importa, con la sensación de encontrarse fuera de su mundo. Road Story cuenta cómo se vive en un lugar del sur de los EE. UU. elegido por no tener historia ni vínculos con el pasado del héroe.
Fuguet hizo a su manera, que me parece digna, la promoción de este libro en su blog y Alfaguara llegó a producir un vídeo con el mismo propósito. Pero no creo que remataron el tema. Unos apuntes:
1. Fuguet es un artista en la frontera de los géneros. Al leer Cortos, un libro construido con una serie de fragmentos de ficción, me pregunté por qué se hace literatura con lo que está designado para el cine. La portada blanca, parecida a la pantalla del cine, ayudaba a entender la equivocación entre escrito y audiovisual. Ahora, al leer una nueva versión, gráfica, de un cuento que descubrí en Cortos vuelve la pregunta: ¿Por qué hacer una novela gráfica cuando se tiene el pictures book de una película de Wim Wenders (como Alice in den Städten –Alicia en las ciudades) o de Bagdad Café?
2. En este caso, la novela gráfica empieza con un texto continuo, una introducción de Fuguet que hace todo por decir que no es una novela gráfica sino una adaptación dentro de algo que sería literatura escrita o cine. El autor aparece despistado entre los géneros, lo que me parece bien: la historia es la de un hombre que ha perdido el camino hacia sí mismo.
3. Fuguet explica en su introducción que Road Story “fue locacionado, con fotos propias y fotos googleadas”. Más allá de las dos palabras que ignoran muchos diccionarios es una manera de decir: se hizo un trabajo de construcción de la realidad, como en el cine. El Congress Hotel de Tucson, Arizona, sale como ganador (a pesar del error: a veces es Congress Hotel, a veces es Hotel Congress) en este trabajo que supone la producción de bocetos (como la imagen que viene con este post grabada en el blog de Fuguet).
4. Existe el pueblo llamado “Truth or consequence” (Verdad o consecuencia, lo que hace decir: la mentira se paga caro) que aparece en el libro. Es una locura llamarse así pero fue la decisión libre de una población blanca y no latina de Nuevo México.
5. No sé quién es el mejor Fuguet: el novelista, el guionista, el cuentista pero me gusta cómo los tres corren riesgos.
6. El héroe plantea muchas preguntas y nunca tiene la respuesta. Se siente que viene de Chile (poco humor, talento para ser “fome”). Me molesta no conocer la respuesta a una de sus preguntas: ¿Por qué en Chile cuando a alguien le va mal, se dice que le fue como el ajo?