Jean-François Fogel
Parece que para responder a ciertas preguntas sobre Francia, hay que leer en inglés:
¿Cómo hacen las mujeres francesas que nunca engordan? Mireille Giuliano, la escritora americana que consiguió traducir a 37 idiomas su libro sobre las mujeres francesas ha escrito otro sobre la alegría de la vida y de la comida en Francia: French Women for All Seasons. Vivo en Francia y no lo voy a leer, no lo creo: hay francesas gordas y a veces vida sin alegría (y gordas alegres).
¿Qué pasa con el idioma francés? Dos canadienses (que ya publicaron en francés un libro muy bueno sobre los franceses) publicaron en inglés, en EE. UU., un libro sobre el idioma francés y su historia: The Story of French. Este sí lo voy a leer pues parece optimista y positivo, opina al revés de todo lo que se dice sobre el idioma francés: se reduce su influencia frente al inglés, etc.
¿Qué pasa con la literatura francesa más experimental? Hay que visitar el primer número de Electronic Literature Collection, una fenomenal recopilación de literatura que acaba de publicar, entre otros, la universidad de Maryland, para entender que Francia ya no es lo que fue. Pensando en la época del simbolismo, del surrealismo o, más cerca de nosotros, del Oulipo, descubro otro síntoma de las dificultades de Francia: el hecho de que dos libros, The set of U, de Philippe Bootz y Marcel Fremiot, y Jean-Pierre Balpe ou les Lettres dérangées tengan que ubicarse dentro de un conjunto de obras en inglés para tener visibilidad.
He dedicado horas a visitar las posibilidades de esta primera gran oferta de literatura digital (por esto escribo poco hoy en mi post). Con relación a la oferta magnífica del sitio del Oulipo (Ouvroir de littérature potentielle, Dispositivo para abrir la literatura potencial) veo en la Electronic Literature Collection la prueba de una pérdida definitiva. De algo que Francia no va a recuperar. Tenemos al idioma francés, a gordas y a flacas, pero la literatura como aventura ya se fue.