Jean-François Fogel
Ya entregué como regalo de fin de año el enlace hacia el blog de Hikikomori. Es una vergüenza volver a hablar del mismo blog, pero tengo dos buenas razones:
1. Hubo un cambio en la imagen del supuesto autor en su blog. Al enlace «sobre mí» corresponde todavía una cara dividida en dos, pero es el collage de una japonesa. Vale la pena revisar el blog, ver que su autor consiguió un premio, etc., pero me parece más interesante la feminización de su imagen. De chico duro pasó a ser un Hello Kitty del ciberespacio.
2. Hikikomori ha escrito un post que es lectura imprescindible para cualquier autor que publica su primer libro. Cada frase es una joya de autenticidad. Y es pura verdad: un autor tiene que oír estas frases en el camino hacia la publicación de su libro. No hay nada más injusto: se trata de una obra suya, pero publicar es una tarea poco común para él; todos los otros protagonistas del asunto viven esta historia varias veces a la semana. Pelea entre varios veteranos y un neófito. Siempre pierde el mismo.
Hay otra lectura que pronto será interesante: un libro (en inglés) de Richard Posner, de próxima publicación, y del que encontré una reseña. Es un manual dedicado al robo literario: cómo y hasta dónde se puede llegar en la utilización citas y referencias de otro libro en el momento de publicar algo. Se publicará en EE UU, pero conocemos el papel de los gringos en el derecho internacional. The Little Book of Plagiarism (el pequeño libro del plagio) será una herramienta imprescindible y, de verdad, lo único que falta en el maravilloso post de Hikikomori, es una frase del editor preocupado por un posible plagio:
– ¿y esto de dónde lo sacaste?, es muy bueno: no parece tuyo.
(Para los que no lo sepan: Becker es un juez que comparte un blog con Gary Becker, el economista, premio Nobel de economía. No es un lugar de intensa alegría, pero ambos hombres son conservadores con una mente abierta. Siempre vale la pena su lectura).