Jean-François Fogel
Conocemos la frase atribuida al nazi Goebbels (el inventor de la llama olímpica): "Cuando escucho la palabra cultura, echo mano a mi pistola". Lo que ocurre en México es una versión al revés y muy modernizada: echando la mano a su pistola, un ciudadano consigue una computadora.
Por el momento el trueque arma-computadora no funciona pero da mucho para pensar.
1. Una arma de nueve milímetros por arriba es equivalente a una computadora según el tabulador oficial. Entonces, la pregunta es obvia: ¿Cuánto vale una ametralladora? Una computadora más una red de conexión local o la suscripción al servicio en línea de la enciclopedia británica, no puede ser menos.
2. Escoger el barrio de Tepito para iniciar el programa de trueque corresponde a la voluntad de cerrar un círculo. Tal como lo dice su nombre, el barrio fue primero un lugar de comunicación comercial. Se pitaba al paseante para promover una mercancía. El comercio desenfrenado llevó al barrio a la delincuencia violenta. Volver a la comunicación informatizada es volver atrás. Para ser perfecto, este movimiento tendría que acompañarse con la entrega de "software" para tiendas en línea. Te pito en Internet para venderte algo.
3. Hay algo, preocupante en la operación: una computadora, también es un arma. Quizás más peligrosa.
No pasa un día sin que alguien entre a mi buzón electrónico para proponerme, de manera fraudulenta, un pene más largo, una erección permanente, un envío de millones de dólares desde Nigeria o pasar mis noches con un sinnúmero de chicas comprometidas con actividades íntimas y agobiantes. Cuando intento surfear spywares me llevan a sitios de lotería, de pornografía o de ventas de drogas o de tabaco son pago de impuestos. Que se sepa, nadie nunca me envió un spam para proponerme La búsqueda de Proust sin IVA o entradas baratas a una filmoteca.
Puedo entender la voluntad de combatir el robo y la violencia que está detrás de la operación. Pero en el mundo de la red mundial son los pequeños delincuentes que buscan pistolas. Un criminal de verdad se conecta al ciberespacio. Aquí está el gran mercado y la impunidad. Lo digo de manera muy seria: el canje de armas por computadoras, es un canje de armas por armas más sofisticadas. En su época, Al Capone lo había notado (su frase más famosa es que "se consigue más con palabras amables y un revólver que simplemente con palabras amables"). Creo que hoy se consigue aun más con una buena home-page y una computadora.