Jean-François Fogel
Tenía que aparecer, tarde o temprano. Lo descubrí hoy. Es EPIC 2015. EPIC significa “Evolving Personalized Information Construct”: una arquitectura personalizada y evolutiva de la información. Es una obra de Matt Thomson y Robin Sloan. Dos visionarios que ya provocaron un choque al sacar hace un par de años en Internet un pequeño módulo de tecnología Flash (no hay que tener miedo a la palabra; se parece a un vídeo) con el título: EPIC 2014.
La primera obra contaba la muerte de los medios de masas. Incluyendo el momento de la renuncia del New York Times a seguir como diario, pues no es rentable publicar un periódico en el siglo XXI. Lo interesante de EPIC 2014 (cuyo guión existe en español era su manera de mezclar en una historia continua hechos reales y apuestas sobre el futuro de las compañías. En el relato gana Googlezon, imperio de la información personalizada nacido de un monstruoso coito entre Google y Amazon.
Con EPIC 2015 vamos más lejos. No se trata de añadir un año más sino de una historia que cuenta una invasión más completa, más definitiva de la vida privada. Ya sabemos que habrá un momento en que no tendremos que elegir nuestra próxima lectura. Un algoritmo, creado y desarrollado por Googlezon, lo hará de manera mucho más sofisticada. Pero faltaba la idea de un involucramiento de cada uno en una obra común de vigilancia y análisis. EPIC 2014 era la versión Internet de lo que dice Orwell: al final, terminaremos por amar al gran hermano. Ahora, con EPIC 2015, he descubierto la verdad última: somos todos el gran hermano y esto nos hace estúpidamente felices.