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Volver a la novela social

Por 3 de febrero de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Javier Rioyo

Me han llegado las ediciones críticas que Castalia hace de Los Bravos de Jesús Fernández Santos. Una excelente colección de clásicos y en este caso contemporáneo. Hace más de veinte años murió este escritor que leímos de adolescentes y que ahora nos hace regresar a aquellas lecturas. Hay que elegir muy bien las relecturas, ¡queda tanto por leer!, es decir tan bien como las lecturas. Ante tantas novedades, muchas veces muy seductoras, volver a una lectura del pasado es cómo volver a una región conocida aunque bastante olvidada.

Debía tener catorce o quince años cuando leí Los Bravos, nunca olvidé el clima de la novela aunque el argumento se me fuera borrando con el tiempo. Pero aquél ambiente cerrado, desconfiado, sometido de los habitantes de un pueblo perdido en años de posguerra. Un pueblo de montaña al que llegan dos forasteros que todo lo trastocan, el médico y un viajante que no era lo que parecía. Algo de aquél realismo, de aquél ambiente de vida cerrada, de vida difícil, de mundo aislado se quedó en mi memoria lectora. Han pasado cuarenta años, han pasado muchos libros, muchos olvidos, pero vuelvo a éste libro del realismo en español. Un mundo que tuvo otros escritores a los que seguimos, alguno vivo y tan diferente en sus temas y su estilo, como Sánchez Ferlosio. Otros nunca olvidados como Juan Benet. Y dos tan vivos y necesarios como Juan Marsé o Juan Goytisolo. Hay muchos más nombres, Aldecoa, Ferres, García Hortelano, Caballero Bonald, Luis Goytisolo, Sueiro, Matute, Martín Gaite y otros cuantos narradores que nos contaron el pasado desde la escritura de los niños de la guerra. De aquellos que conocieron la barbarie de una época y lo peor de lo que vino después. Eso por hablar sólo de los narradores, aunque Caballero Bonald haya mantenido su doble vida, triple, de poeta y memorialista. Fueron las lecturas de nuestra juventud. Una lectura que nos llevó a los americanos, Faulkner, Hemingway, Capote, Dos Passos.

Escritores españoles que también nos llevaron a los italianos, a los franceses a otros que nos llegaron sin haber leído el Ulises y sin haber leído a Kafka. Después de ellos, de Joyce y Kafka, todo fue diferente. El realismo fue relegado. Volvimos a él por el realismo sucio, por la novela negra. Hasta que regresamos a Faulkner, a él nunca se le deja.

Hoy, volviendo a Los Bravos, he vuelto a las primeras lecturas "serias". Hoy creo que no hay que ser tan serio. Ni tan frívolo. 

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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