Javier Rioyo
Primera semana cruzando España en trenes, aviones, autobuses y en compañía de otros. Una semana para volver a lugares que otras veces conocí. Cada viaje es distinto. Cada lugar diferente en la siguiente visita. He visto otros Reus, Elche, Toledo, Córdoba o Almendralejo, aunque bien poco se puede ver en unas horas de estancia con una misión, y demasiados compromisos. Viajo en compañía lo que no impide que me pierda entre mis soledades o mis compañías.
Comenzamos en Reus, un domingo de Octubre y con moscas. ¡Cómo no recordar a Gabriel Ferrater que tantas cosas nos enseñó antes de que decidiera quitarse de esta vida, borrarse del derecho a ser feliz. Ferrater, el de Reus, el amigo de otro que tanto nos gustan. Ferrater el amante de las mujeres, del amor y de algunas soledades. El que nos invitó a ser independientes. El que señaló el camino radical de ser esa cosa tan rara: ser decentes: " ser decente…es ser solitario/ lejos del strip-tease fraternarios"
En Reus, aburrida y simuladora de su agonía, en la noche de Octubre buscamos la casa dónde nació el padre. La encontramos y seguimos buscando un lugar para beber un agua de escocia. En fraterna compañía de un amigo músico, Javier Limón. Admirado genio que con su melena, su gorro y sus desenfadadas y caras ropas, confundió a dos salvajes rapados y cobardes que le gritaron: "Rapero de mierda, ¡fuera de aquí!".Ese lugar era un triste bingo de ciudad que madruga. Un lugar para salir corriendo si no se quiere bucear en la soledad en compañía. Los matones se acobardaron, nosotros seguimos nuestra noche solitaria. Sin una mujer a la que mirar desde algún lado de la barra.
Y recordamos a la mujer. A todas las mujeres. A Eva: "neutro puro./ Un fácil ser matinal:/ dos muslos, una entrepierna, dos piececitos que pisas prados". Y así nos dormimos con una suerte de felicidad soñada entre muslos y otras ficciones.
Al cabo de unos días despertamos en Almendralejo. El lugar dónde nació el mejor de nuestros románticos, José de Espronceda. Vida ejemplar, rebelde, enamorada, sufridora y buscadora de libertad. Ese joven que supo vivir soñando y existir dormido. Nunca olvidado Espronceda gracias a su canto libertario. Ese que cantó al diablo mundo. De corta e intensa vida llena de aventuras, de desventuras, de amores y traiciones. Ese invitador a no perder el tiempo alegre, ese que tantas veces hemos perdido, que seguimos perdiendo. Seguiremos con el viaje, seguiremos con las dudas.