Javier Rioyo
La revista, las más duraderas, famosas y universales de las revistas de la modernidad, entre la cultura de masas y la contracultura- también de inmensas minorías masivas- cumple cuarenta años. "Rolling Stone" está de celebración, recapitulación, listas y mirada atrás.
Una revista que no solo sigue viva, sino que tiene descendientes. Su hijo, ¿o hija?, español/a está creciendo muy bien. Ha salido con un número especial, un número de coleccionistas, eso es el reclamo al uso, la llamada para conseguir más ventas. Y ojalá lo consigan. Es un número que realmente resulta extraordinario por la puesta en escena, las entrevistas y la mirada más o meno nostálgica al tiempo que esa marca cultural ha sabido congregarnos a muchos que hace ya más de veinte años ya tenía más de veinte años. Crecimos con sus mitos, sus ritos, sus músicas, su cine, su humor y sus portadas. Muchas portadas vuelven a nuestra memoria. Una de las más vistas y revisitadas es aquella de un flaco John Lennon abrazado a Yoko en posición fetal y discretamente denudo. Yoko vestida como una existencialista enamorada. Y Annie Leibowitiz en la mirada, en la cámara de aquella declaración de amor más allá del rock. Me gusta más que la portada más famosa, esos culos sosos y blancos de la misma pareja que fueron capaces de irritar y marcar tendencia al mismo tiempo. Sin la pareja Lennon y Ono, seguramente nuestras músicas, nuestros recuerdos hubieran sido distintos.
Después, o antes o al lado, están los otros: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, la pareja más Rolling: Mick Y Keith….Y antes Dylan, después Bowie, Springsteen, Sex Pistol o Kurt Cobain. Es verdad que hay muchos más, que las músicas, y sus letras, siguieron, siguen, pero a mí los Red Hot Chili Peppers me pillaron muy entretenido en otras músicas, otros ámbitos.
Me gusta mucho este número cumpleaños de la revista. Pero lo que más me gusta es la selección que hacen de las músicas y los libros de mi amigo Corto Maltés. Mi amigo el marino si tiene que elegir música se queda con esa joya última de Tom Waits, llamada " Orphans". Con las primeras grabaciones eléctricas de Dylan, "Master of War" o con los tangos de Piasola, en la versión de Gotan Proyect. También me siento cercano a las lecturas de Corto, además de su habitual libro de poesía de W.B. Yeats, se acompaña de Boris Vian, Rimbaud y Conrad. Con esa compañía, y soñando con alguna mujer, en algún puerto, yo también me embarco una larga temporada.