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Recuerdos con niebla

Por 21 de febrero de 2011 Sin comentarios

Javier Rioyo

 

Me cuesta, me avergüenza, volver a aquella noche de hace treinta años. No fuimos muy valientes. No ocupamos  las plazas, ni tomamos las calles- quizá todavía creíamos que eran de Fraga y sus policías franquistas-ni salimos en manifestación. Al menos, no la mayoría. Algunos salimos, salieron, después de escuchar que el Rey estaba con la Constitución, con la democracia, dimos vueltas en una noche desangelada, entre la niebla y el frío por los alrededores de un Congreso que estaba secuestrado por unos tipejos uniformados, estertores del peor franquismo, indeseables salvadores de una patria que solo pertenecía a sus retrógrados y mezquinos intereses. España, la mayoría de españoles, estábamos en otra parte, en otro mundo, en otro país, en otro mundo.

Consiguieron, eso sí, que siguiéramos desconfiando de nuestra transición. Todo tan de guante blanco, de reformar sin cambiar, no pedir cuentas, casi pedir perdón por creer que había que mirar de frente a los beneficiados de un injusto régimen.

Franquistas sociológicos que se disfrazaron de demócratas a la española. Una católica y poca sentimental manera de entender el poder y su soberanía. Muchos siguen teniendo poderes, territorios, mando, negocios, medios y enteros a su lado. Finalmente sí somos un país normalizado en su democracia, aunque con una seria carencia en no haber podido mirar las zonas oscuras, y más o menos recientes, de nuestro pasado. Hay muertos sin sepultura y responsables sin vergüenza. Para ya no será imaginable un Congreso, unas calles o una televisión tomada por unos cuantos fantoches más o menos desorganizados.

Ahora podemos aburrirnos con nuestros políticos y los cuarteles son unos recintos en extinción para la formación de ayuda humanitaria. Quizá tengo una tendencia a confundir el deseo y la realidad, pero así me parece el futuro militar.

Me irrita leer todavía sobre aquellos golpistas y sus mentiras. Me molesta poder encontrarles en la calle o en un tren, me gustaría que estuvieran más inmovilizados y, sobre todo, que su espíritu estuviera muerto y enterrado.

Vuelvo a aquella tarde, la misma en que salía de un cine que ya no existe de ver "American gigoló", las misma en que al llegar a casa me enteré entre la irritación y el estupor, que uno pocos pretendían que retrocediéramos muchos años. Una tarde, una noche, en la que estuvimos a punto de escaparnos a Portugal que ya estaba democratizada y desmilitarizada. Una tarde, unas horas, que estuvieron espléndidamente contadas por el libro de Javier Cercas, "Anatomía de un instante". No confundir con la película sobre el 23-F. Nada que ver. Una tarde, una noche, en la que volvimos a demostrar lo capaces que somos para la huida y el disimulo.  

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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