
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Rioyo
Hoy es un día para recordar que todavía hay cobardes, despreciables y miserables hombres que no aman a las mujeres. Contra ellos se han dicho, escrito, pensado y grabado muchas cosas. Todavía actúan en la impunidad de los espacios cerrados, en las casas como cárceles y en lugares que no saben que podrían ser propicios para el amor. Hoy me encuentro con un poema de Eva Vaz, un poema de los muchos que Juan José Téllez selecciona en su libro "Poemas a toda plana". Una inteligente manera de llevar canciones y poemas al áspero mundo- a veces menos áspero- de las noticias de un periódico.
Copio el poema, como un poema de amor a las mujeres maltratadas. Como desprecio a los maltratadotes.
"64 MUJERES FUERON ASESINADAS POR SU PAREJA EL AÑO PASADO EN ESPAÑA"
LEGÍTIMA DEFENSA
Cuando el juez le preguntó
Por qué tuvo que matar, Mona, seria, respondió:
-Fue el calor y la humedad-.
Nacho Vegas.
Lo hice porque tenía que hacerlo.
Me lo pedían
las varices.
Me lo dijo el
Espejo.
Lo hice sin más motivos
que mi tristeza.
Lo hice porque me dolía
la conciencia.
Porque me dolía la espalda.
Porque me dolía la fregona.
Porque me dolía su carne.
Asfixiándome el útero cuando
tenía que descargar.
Lo hice porque me dolía
la artrosis
que me dejó en las últimas
vértebras rotas.
Lo hice porque aún
me quedaba sangre
en los pechos
de su último
mordisco.
Lo hice porque había que hacerlo
Lo hice porque a los niños
les hubiera gustado
que fuera él…
Y no yo.