Javier Rioyo
Ultima semana de fútbol y España sigue viva. Nunca habíamos visto una cosa igual y no podemos decir que no nos importe. No pudimos contener nuestras emociones. No nos supimos mantener fríos ante el peligro de algunos paraguayos, los despistes de algunos españoles y ese árbitro- ¡Uno de los mejores de Guatemala!- que parecía un funcionario de los tiempos de bigotes y ventanillas. Gritamos, nos asustamos, emocionamos y dimos vivas. Menos mal que no teníamos una bandera constitucional, ¡hubiéramos sido capaces de salir al balcón como vulgares y baratos patriotas!
El fútbol nos coloca ante nuestras pasiones. Contradice nuestra razón. Y descoloca nuestros sentimientos. No pudimos seguir la estela de Ángel González, el que siempre sabía estar con su dignidad contra España en cualquier campo y cualquier circunstancia. No hemos estado a la altura de Ángel, tampoco en eso. Incluso queremos derrotar a la fortaleza alemana. Somos unos soñadores. No rezamos, pero creemos en algunos milagros. Somos inocentes como ángeles de Rilke que no tenían nada que ver con los de González.
Nos vamos a Ronda. Pero nos vamos con la pasión de esa cosa que se llama fútbol incorporada a nuestras pasiones más reconocidas.
Busco un poema, lo encuentro en "Litoral", es de otro ángel, de Ángeles Mora, porque nuestros ángeles sí tienen sexo. Y es capaz de unir los amores por el juego del cuero y la pasión por el toreo, por ese arte que nació en la plaza de Ronda: uno de los más emotivos lugares del mundo. El Maracaná de los que amamos el toreo.
"Se va mi sombra, pero yo me quedo:
Mientras muerda un estadio la pasión
y un defensa burlado muerda el césped
y eléctrico y fatal de nuevo huésped
eterno de otros pies corra un balón.
Mientras un siete por la banda ruede
y la pelota habite el graderío
y de agua milagrosa surja un río
que gargantas y piernas desenrede.
Mientras el área rompa un cruel regate,
el balón reconozca a un compañero,
el gol se cante, el mito de desate
y herido ante la red quede un portero…
aunque nada en el campo lo delate,
entre nosotros brindará un torero"