
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Rioyo
Me paso el tiempo saliendo de casa. Y deseando volver. Todos los caminos me vuelven a casa. Ahora, que me encuentro en casa sin estar en casa, me tropiezo con cosas- quiero decir libros, insectos y otros animales- y uno de los más singulares encuentros es con un viejo amigo. Uno muy lejano en el tiempo, en la distancia, en la cultura y en otras muchas cosas. Uno de esos encuentros que iluminan, sorprenden, complacen y también irritan. Pensaba decir cabrean, pero estoy un poco zen y quiero disimular mis malos humores. Estoy de vacaciones, aunque siempre estoy haciendo parecidas cosas. Un día tendré que pensar que serían unas "verdaderas vacaciones".
En el interior del "amigo" reencontrado me tropiezo con estas reflexiones, con éstos viejos, eternos pensamientos que copio. ¡Me paso la vida copiando!
"Sin salir de la propia casa, se conoce el mundo…Cuanto más lejos se va, menos se sabe. Por eso el sabio conoce sin viajar, distingue las cosas sin mirar, realiza su obra sin actuar"
¿Y quién quiere ser sabio?
"El camino es llano,
pero la gente vulgar gusta de los senderos escarpados.
la corte está corrompida; los campos, abandonados;
los graneros, vacíos.
Ropajes lujosos, afiladas espadas al cinto, manjares hasta saciarse
y riquezas sin cuento,
a todos ellos hay que llamarles jefes de bandidos…"
Nada nuevo bajo el sol. No descubrimos mediterráneos.
Tengo más, pero creo que se quedarán para otro día.