Javier Rioyo
Paseo por el centro de Málaga, por unos callejones que están en pleno proceso de reconversión especulativa. Hermosa decadencia del centro de una ciudad que ya no volverá a ser como fue. No se pueden conservar ciertas formas de vida. Hay que reciclar los centros de las ciudades. Dotarles de nuevos residentes, de nuevas vidas. ¿Y cómo se hace sin desplazar injustamente? ¿Si dar pelotazos especulativos? No hay muchas formas poéticas de hacerlo, creo. Más bien es prosa realista y dura de nuestros tiempos. Por favor lean la novela premiada por la crítica. Lean "Crematorio" de Rafael Chirles. La mejor lectura para saber que también somos unos tipos poco recomendables. Malos modelos para la lírica. Malos tiempos.
En las paredes de la vieja ciudad, me imagino que al Ayuntamiento de Málaga, se lo ocurrió poner hermosas frases de poetas. Verdades poéticas, es decir mentiras desde el lado de la prosa. Por ejemplo, una pintada del Ayuntamiento: "Al sol le brotan ramas de alegría" Rafael Alberti. Algún grafitero escéptico, añade abajo: "o a veces de tristeza".
Otra: "Ser, nada más. Y basta" Jorge Guillén. Le contestan: "…pues no me parece bastante". Otro "El mar de Málaga es de martini". Y de meadas y basuras.
Está claro que una cosa es la verdad poética y otra la verdad. Queremos poetas. Y también queremos políticos capaces de enfrentar la realidad sin mentiras, ni de las poéticas. A veces me gustaría ser grafitero.