Javier Rioyo
Siempre me ha gustado leer, discutir, hablar, especular y perderme sobre que es literatura y quiénes son los que mantienen vivo ese enfermo tan indomesticable. También me gusta pensar, debatir y derrotarme sobre qué, cómo, dónde y qué es la izquierda. Y no puedo empezar el día sin tomar un café con leche.
De esos tres asuntos tan míos, tan de otros, tan de muchos que me gustan y de algunos que me disgustan, trata un inteligente, atrevido y lúcido ensayo del argentino Damián Tabarovsky, novelista argentino apenas descubierto entre nosotros, aunque esté publicado por el muy atento sello editorial "Caballo de Troya", cabalgado y dirigido por Constantino Bértolo.
Ahora nos llega por otro lado, por esa esquina central que hace tiempo ocupa la editorial "Periférica", de reconocido olfato para éstos y aquellos mundos literarios, este ensayo de reflexión sobre la literatura, la izquierda, lo mediático, lo integrista y la rebeldía fashion. También se recuerda aquello de Alejandra Pizarnik y no quererse meter en narrativas, no querer ser novelista porque en una novela siempre hay un diálogo como este: "Hola, cómo estás. Quieres un café con leche".
Un libro sobre la frivolidad, la ligereza, lo serio, aburrido, previsible falso y verdadero de la literatura. Y todo ello visto desde ese lado tan móvil, inmóvil e ilusorio como es el pensamiento de la izquierda. Un apellido que termina en "ovsky" ya nos indica que tienen mucho ganado en su afán agitador, en su capacidad para ser provocadores de ideas, discusiones y rebeliones. Gente que sabe que la literatura no ese encuentra cómoda entre el canon y el paradigma.
Nos pasamos la vida discutiendo sobre literatura, por más que sea asunto de difícil discusión. Dice Tabarovsky que "la literatura se opone al consenso, al diálogo, a la argumentación". Que la literatura tiene que conseguir "transformar lo contingente en necesario"
Leeremos muchas cosas innecesarias, perderemos el tiempo con escrituras no literarias, estaremos demasiado ocupados por la presión del mercado, perderemos el tiempo con literatura de "izquierda" que marcha por el camino de lo conservador, reductor y simplista. Veremos como conservadores e izquierdistas se morrean con placer ante el celestinaje del mercado. Veremos, leeremos y escribiremos muchas páginas inútiles. Y sin embargo siempre nos quedarán los que se libraron de lo inútil de muchas escrituras.
"En secreto ocurre algo insólito: la literatura continúa. Es una tumba sin sosiego"