
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Rioyo
Cada sábado compro el periódico el ABC. También lo leo otros días, no es mi periódico "elegido" pero es mi primer periódico histórico. El primero que leí, el primero del que tengo memoria. Me separan muchas cosas de él. Me unen algunas. Algunas firmas y, sobre todo, el suplemento de "Artes y Letras". Lo leo cada sábado, incluso alguna vez he tenido el placer de colaborar. Ya van dos sábados que el suplemento no llega a mi pueblo gallego. Pero lo que sí viene en las tripas del periódico es una de esas revistas del "corazón". Una de esos suplementos que por unos céntimos te ofrece con cuerpos al sol, yates, amores veraniegos y otras banalidades de gente que no conozco, que no me importa o que conozco a mi pesar y no me importaría prescindir de ellos.
¿Quienes son Rafael Medina y Laura Vecino que pasan un romántico verano en Ibiza? ¿Quién Ariadne Artiles que pasa sus vacaciones con Dani Homedes? ¿Qué me importa que Magdalena de Suecia anuncie su compromiso con un tal Jonás?
¿Y a quién coño le importa que Urdangarín pase un día de playa con sus hijos y sobrinos?…Eso es solamente la primera página. En el interior se encuentran otras chorradas en colorines. Un negocio que no decrece. Alimento de televisiones. Personajes de revistas de cotilleo. Revistas de corazón sin corazón, sin interés y que, sin embargo, comen el coco y el corazón a muchos seres humanos.
Me acordé de aquél relato de Kafka. Me dieron ganas de escaparme. De huir. De fugarme libre de todo eso y ser un piel roja.
Mañana hablaré de leer a Kafka en la playa. Mucho más entretenido que cualquier revista de colorines.