Javier Rioyo
"Por el beso culpable de una santa, aceptaría yo la peste como un a bendición"
No diría yo tanto pero pocas cosas hay tan gratas como la sensación del pecado. Del dulce pecar. De un pecado de esos de excomunión. Don Juan conquistaba novicias. Casanova monjas. Cioran quiere más, quiere, el beso culpable de una santa. Al autor rumano, ese civil contra toda pazguata civilidad, ese exiliado de todo que supo hacer el camino solo- o en compañía de algunas queridas y unos pocos amigos- es el pensador espiritual que necesitan estos jóvenes tan melifluos que recorren, toman, ocupan Madrid y lo hacen menos amable.
Creo que la mayoría ya están perdidos para la espiritualidad, para la lágrima verdadera y, por supuesto, para la santidad. Hay que saber resistir las lágrimas, cambiarlas por pensamientos o bien dejar que broten y no soñar con besos culpables. Cioran tuvo sueños eróticos con Santa Teresa. Con esa Teresa de Ávila, fuerte, con ganas de bailar después de una aparición, con su clara manera de contar lo oscuro. Y le hubiese gustado ser amigo de Juan de la Cruz, ese joven de un pueblo castellano que se encontró con la madura y famosa Teresa. El apasionado Juan que supo escribir los mejores versos de nuestra poesía. Un trío con el que perderse, encontrarse sin nada que ver con este encuentro madrileño, dónde lo espiritual no se deja ver por tanto sponsor y tantos coros y danzas.
Me gusta verles pasar, a unas más que a otros, y pensar en posibles besos culpables con algunas de esas nínfulas católicas. Yo soy pecador. Y siento mucho que la imaginación no delinca. Delinquir, pecar, besar, esas cosas que nos mantienen tan vivos. Tan espirituales.
Volver a Cioran. Ese sería un buen consejo para estos jóvenes tan poco descarriados, tan paseantes en rebaño, tan sin corderos, tan sin Dios, con tanto Papa.
"Que la especie humana haya resistido sin corromperse a las profundidades del cristianismo me parece ser la única prueba de su vocación metafísica. Pero hoy el hombre no soporta ya el terror de las postrimerías. El cristianismo ha legalizado sus angustias y lo ha mantenido en tensión. Sólo un descanso de algunos milenios podría remozar a ese ser devastado por tantos cielos"
Para los jóvenes- y mayores- que quieran saber más, "De lágrimas y de santos" E. M. Cioran, en Tusquets de bolsillo y por un poco menos de siete euros. De nada.