Javier Rioyo
Una vez más un nuevo libro de Cristóbal Serra es una celebración literaria. Ahora en Pre-Textos nos deja éstas "anotaciones vecinas a un diario impuntual" como llama a reflexiones, digresiones y confesiones de un delicioso libro titulado "Tanteos crepusculares".
Se habla de muchas cosas, de escritores, literatura, aforismos, asnos y otras afinidades del sabio socarrón de Mallorca. No disimula, no tiene porqué, su poco cariño a los nacionalismos. Lector atento y prologuista de un curioso libro de un investigador polaco, católico y heterodoxo, llamado O.V. de Milozs, que escribió un, al parecer, muy documentado ensayo: "Los orígenes ibéricos del pueblo judío". Un libro que desmonta algunos de los mitos de nuestros nacionalismos históricos.
Partiendo de ahí, pero caminando por su cuenta y riesgo intelectual, Cristóbal Serra dice algunas cosas tan interesantes, como rotundas y polémicas. No me resisto a transcribir algunas de ellas, que los editores me comprendan.
"Estoy seguro que, con lo que voy a decir, los vascos que me lean van a tener una pésima idea de mí, y voy a estar en el censo de los gentiles (españoles)
Los vascos, como buenos judíos, no son ni carne ni pez. Allí ha arraigado el catolicismo, pero un catolicismo judaico, no racista, aunque muy racial.
Hoy, después de luengos años, por no decir milenos, de iberismo, aún no están más seguros de que son más ibéricos que nadie. Siendo los puros y legítimos descendientes de los primitivos habitantes de España, son los ibéricos por excelencia. ¿O no? Su lengua deriva de la que hablaron los primitivos habitantes de Iberia…
…Veamos lo que tenemos en la babélica Iberia. El basco (con b de burro) no se siente ibérico, cuando es el más ibérico de todos. Hasta la palabra Iberia es vasca.
Pasemos a los catalanes. Salvo que los moros no les dejaron acequias y norias, en lo demás son tan ibéricos como tú y como yo. El catalán hablado es el producto más directo del latín que el castellano, porque el languedoc tuvo mucho romano que le dio ser lingüístico y jurídico.
Somos más unos (no hunos) de lo que parece. El problema de las dos Españas es problema de historicistas. Si está tan vivo en Vasconia y Cataluña, debe ser por la importancia que a la historia le dan basconulios y catalanes. Jamás me atuve a lo que tenía visos de verdad inapelable"
Palabra de Serra. Pues, eso, menos palos de ciego, menos tiros, menos lobos. Ibéricos, aunque sea a su pesar. Ibéricos, sí, pero no como el jamón. Ese no conoce nacionalidades. ¡Vivan los asnos de Serra! Y vivan los cerdos, ibéricos.