
Eder. Óleo de Irene Gracia
Javier Fernández de Castro
Hortensia Campanella
Alfaguara
Con la publicación de su biografía, acertadamente titulada Mario Benedetti, Un mito discretísimo, la editorial Alfaguara renueva el testimonio de su apuesta total por el más conocido, leído y apreciado de los escritores uruguayos vivos, del que tiene en catálogo al menos diecisiete de sus obras.
El título da una idea bastante exacta de la imagen de Benedetti que le cabe esperar al lector que decida leer el trabajo realizado por Hortensia Campanella: la de un hombre poco dado al protagonismo y a la presencia pública, ello a pesar de que probablemente sea el poeta latinoamericano actualmente más leído y un novelista que en los años sesenta ya vendía muchos miles de ejemplares y estaba siendo traducido a una docena larga de lenguas cultas. Es más, pese a su relevante labor "de batalla", primero en su Montevideo natal y luego en la Cuba del momento álgido revolucionario, o a pesar de sus sonados choques con los poderes establecidos (y que le costaron largos periodos de ostracismo, la pérdida de puestos de trabajo y aun el exilio), esa discreción a la que alude el título fue siempre una de sus principales normas de conducta.
Otra de sus normas nunca quebrantadas, pues todavía la mantiene vigente a sus ochenta y muchos años de edad, es la del compromiso. Pero no un compromiso entendido como una obediencia ciega a una ideología política (como más de una vez han dicho sus adversarios) sino como un batallar sin tregua ni componendas por aquello que de verdad importa. Por decirlo como él mismo lo ha dicho en más de una ocasión "si el deber del revolucionario es hacer la revolución, el deber del escritor es hacer literatura". Otra cosa es que su compromiso personal, o su lealtad hacia alguna opción política que un día fue capaz de ilusionar a muchos (por ejemplo la revolución castrista) le haya llevado a continuar defendiendo dicha opción mucho tiempo después de que la desilusión haya cundido en los primitivos valedores. Pero al fin y al cabo nadie puede mantener en serio que la lealtad, incluso manifestada a destiempo, sea un pecado que de veras llegue a desvirtuar una trayectoria ética tan intachable como la de Mario Benedetti.
Hay sin embargo otra cuestión, también relacionada con la lealtad, que bien merece una pequeña reflexión al paso. En el apartado de Agradecimientos, Hortensia Campanella deja constancia muy clara de la generosidad y calidez que Mario Benedetti demostró para con ella y su proyecto. Y tras declararse partidaria sin dobleces de su personaje, dice confiar en que su propia admiración y cariño hacia él no empañen su trabajo. Y ahí reside la característica fundamental de la presente biografía.
No cabe la menor duda de que contar con el apoyo y la generosa colaboración del personaje biografiado significa una gran ventaja para el investigador, pues ello es garantía de que éste va a manejar información de primera mano y disponer de documentación que difícilmente se encontrará en archivos y bibliotecas. Y en el caso de un escritor ello es garantía asimismo de que se van a dar conocer gran cantidad y variedad de detalles relacionados a la génesis, circunstancias y desarrollo de muchas de las obras que se mencionen. Detalles, como digo, de primera mano y que sólo el propio escritor puede aportar.
En los países anglosajones la costumbre exige que ese tipo de trabajos incluyan en el título la indicación de que cuentan con la autorización expresa del personaje objeto de estudio. Hasta cierto punto esa indicación es como las advertencias que las autoridades sanitarias empiezan a exigir a la industria alimentaria para información de los posibles consumidores. En el caso de una biografía reconocida como "autorizada" el lector potencial ya sabe que el trabajo que tiene en las manos probablemente contenga material de primer orden, pero también sabe que (y aquí entra en juego de nuevo la lealtad, pero esta vez referida al biógrafo) los aspectos más sensibles, contradictorios o indelicados del personaje estudiado van a ser tratados con mucho tacto y discreción. O como de pasada. En cuyo caso la cuestión se demuestra genérica, y la pregunta es si una persona muy cercana al personaje biografiado y que cuenta con su total confianza, es la más adecuada para hacer una biografía, tal y como se entiende cuando hacemos referencia a los mejores logros del género.
En este sentido no cabe duda de que Mario Benedetti. Un mito discretísimo, es un trabajo que va a ser referencia indispensable para cualquier biografía futura del escritor uruguayo, y asimismo un libro de gran interés para sus muchos seguidores e incondicionales. Primero porque resulta de lectura fácil y amena debido a que está muy bien escrito, y segundo porque aporta una valiosa información personal y bibliográfica. Pero detrás de tanta discreción sigue quedando oculto un ser que adivinamos noble y digno de ser conocido en toda su profundidad, incluidas sus contradicciones.