
Eder. Óleo de Irene Gracia
Iván Thays
Un perro llamado Oreja de perro. Fuente: moleskine Atención para futuros editores: Los contratos editoriales de Mario Bellatin son más específicos que las exigencias de David Bowie para sus conciertos (y ya ni digamos de Madonna). Por ejemplo, en un contrato firmado con Almadia para la edición de La jornada de la mona se añadió la cláusula 16: «Se le dará parte de su pago en la mercancía de un perro xoloixcuintle, puro, perteneciente a la estirpe de perros del pintor francisco toledo…..» Cuando el perro llegó por mensajería, al ver que tenía una oreja caída y la otra puntiaguda no se le ocurrió mejor idea que ponerle de nombre «Oreja de perro».Y es así que ahora existe un perro llamado Oreja de perro a quien no conozco pero espero pronto conocer. Nada, ni la gripe porcina, me impedirán ir a México a ver a Mario, a Perezvon y el querido Oreja de perro.