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Dos entrevistas a Josefina Ludmer

Por 3 de noviembre de 2010 Sin comentarios

Iván Thays

Josefina Ludmer, la crítica del momento
Con Aquí, América Latina (Eterna Cadencia) Josefina Ludmer se ha convertido en la crítica más importante de la actualidad en Argentina. El libro de ensayos, al que ella considera una ?especulación?, ha dado mucho de qué hablar y ha motivado dos entrevistas esta semana.
La primera, en el ADN Cultura, del diario La Nación, por Patricia Somoza. Algunas respuestas:

La literatura sería para usted un modo privilegiado en esa construcción de realidad.
-La realidad tiene muchísimas zonas y modos. Uno puede entrar a la realidad, o a la construcción de realidad, a través de cualquier cosa que uno sepa leer. Yo aprendí a leer literatura, no sé leer la sociedad o la historia en sí misma. Uno puede leer lo que quiera en la literatura. A mí la crítica pura, sobre un texto o un autor, me aburre. Entonces, ¿por qué concentrarse en un texto o un autor? Mejor mirar el mundo; pero hay que tener una pantalla, un tarot: el mío es la literatura.
-Lee literatura de América latina, y a la literatura argentina en el marco latinoamericano. ¿Esa perspectiva se la dio haber estado afuera?
-Totalmente. Creo que para poder ver a la Argentina hay que salir. Cuando uno está sumergido en algo, no lo ve. Desde acá vemos la relación con Europa y con el Primer Mundo en general, pero no hay relaciones con los vecinos en términos culturales literarios. España es la que decide lo que circula.

Usted ha vinculado los tonos antinacionales de ciertas escrituras latinoamericanas (Fernando Vallejo, Horacio Castellanos Moya, Diogo Mainardi) con el momento de las desnacionalizaciones o privatizaciones. ¿Hay escrituras, voces o tonos vinculados con el momento actual, en el que estaríamos asistiendo a una suerte de reformulación del Estado o la nación?
-Veo un cambio en relación con las identidades en la literatura. La postulación de las identidades nacionales (lo argentino, lo mexicano), tan claras en los años 60 y en los clásicos latinoamericanos, desaparece, y en cambio aparecen identidades locales, del barrio, de la ciudad. Pienso en textos muy actuales: Agosto , de Romina Paula, cuenta un viaje al interior, pero no se trata de lo nacional sino de la relación íntima con otro lugar; en Las teorías salvajes , de Pola Oloixarac, está el mundo de la facultad. Siempre son identidades locales. O identidades gay, feministas, que no son nacionales, son globales.
-Muchas de estas nuevas escrituras, que suelen llamarse ?malas? en el sentido de que serían menos literarias, conviven con las otras, que se siguen produciendo. ¿Qué podría decirnos de esto?
-La literatura no tendría en sí misma marcas estéticas o literarias. Hay escritores que son más barrocos, que inflan el estilo, que escriben con marcas literarias que no necesariamente agregan valor literario. Frente a la facultad que, como agencia de canonización, valora las escrituras que tienen más marcas literarias y menos las más despojadas, suspendo el juicio y caracterizo: hay escrituras con marcas literarias y escrituras que las borran. Obviamente considero que hay valores, escrituras que me gustan o no me gustan. Algunas de las que tienen marcas literarias para mí son malas, recargadas. En cambio, otras mucho más modestitas me interesan más porque tienen una vibración diferente.

-¿Que ha leído últimamente con interés?
-Lo que más me apasionó en el último año fue la serie Millennium , de Larsson. Me pareció espectacular, me agarró, no la podía largar. También hay series televisivas que me atrapan así. Yo digo que lo que me atrapa es buenísimo, sea televisión, sea un best seller . La captura me fascina. Ningún libro de los que estoy leyendo últimamente me ha capturado tanto. Me gustó mucho Los topos de Félix Bruzzone. Me gustó también lo de Pola, aunque lo considero muy barroco, una escritura muy trabajada. Mi escritura favorita es la sequedad, por eso me gustó lo de Bruzzone. Trato de leer lo que sale.

Por otra parte, en la Revista Ñ aparece hoy una entrevista a Ludmer a raíz de recibir el Honoris Causa en la UBA. La entrevista es de Gabriela Cabezón y aquí un fragmento de la nota:

Sigue haciendo crítica, pero le da una vuelta novedosa. Si bien, como se estila en todos los libros del género, pone su mirada sobre otros textos, en la primera parte de Aquí?Ludmer se fuga de las tradiciones de su género y se adentra en las de la autoficción: trabaja sobre su propio diario, sobre las impresiones de su ?yo? de argentina recién llegada al país después de años de vivir en los EE.UU. Una subjetividad que arriba a ese borde del estallido que fue 2000 y registra acontecimientos masivos y también privados: todo eso que incluye en la ?imaginación pública?, porque lo privado, aclara, está contenido en lo público y la ficción en la realidad. Y viceversa. Un ejemplo: ?Los miércoles a la noche con Okupas en el canal público me instalo en la familiaridad, en casa, en cama, en plena experiencia afectiva de habitar y pertenecer en un ahora público?, relata en su libro para explicar el concepto de ?intimopúblico? .
Lo que hace Ludmer es pensar y especular sobre lo que lee: sus propias opiniones de su diario de 2000, lo que decían sus amigos, series de televisión, obras de teatro, el fenómeno de la muerte del Potro Rodrigo, actos políticos, artículos periodísticos, el neoliberalismo, canciones de Los Redondos, películas, y, por supuesto y sobre todo, literatura.
¿Por qué tanta literatura? ?Porque es lo que aprendí a leer, pero si alguien quiere entrar por la pintura, la fotografía u otro lugar, que entre: la imaginación pública es todo lo que circula y se dice. La cuestión es poder extraer el jugo de lo que se lee? dice Ludmer diez años después de escribir su diario. Aunque ahora, confiesa, si ?estuviera por entrar a la facultad no elegiría Letras, elegiría algo más de tipo perfomance, más de acuerdo a los tiempos. En mi época, Letras era más de señora: La Profesora?? Pero hoy no está por entrar a la facultad Ludmer, está por recibir el título de Profesor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires ?mañana a las 19 en el rectorado de la UBA, Arenales 1371. Para la ocasión, dará una conferencia llamada ?Lo que se viene? . Sobre literatura, claro: es su puerta para leer el mundo. Entremos.
En Aquí? , establecés un sistema literario compuesto por escritores, escritores jóvenes y escritoras mujeres, ¿por qué? Hay una sola literatura, de mujeres y hombres, pero la sociedad coloca la escritura femenina en un segundo plano, en el mismo lugar que se le da a los jóvenes, el de promesas: quedan ahí, en una especie de espera. Y no hablo de guerra de género, sino de inclusión en el centro. Fijate que no es así en la poesía y tal vez ni siquiera en el cuento; pero la novela queda como un coto masculino. Pero no está mal estar junto con los jóvenes. Es una zona que se mueve, porque el centro está congelado a veces, ¿no? Hablando de lo que se mueve, ¿qué cambió en la literatura argentina durante estos diez años? No veo cosas muy nuevas, al contrario, me parece que la literatura argentina es muy conservadora. Lo que estoy investigando ahora es ?lo que viene después? ?el tema de la conferencia de mañana- porque creo que el presente argentino se define como lo que vino después de los 70. La cultura sueña todo el tiempo esos años.

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Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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