Iván Thays
Alberto Fuguet
Una entrevista extensa a Alberto Fuguet le hizo Martín Pérez en Radar Libros. Ahí se comenta sobre todo la novela Missing, pero además toda su obra, la esperanza McOndo y su carrera cinematográfica. Y entre los temas, uno muy interesante es la relación que Fuguet tiene con algunos escritores latinoamericanos fundamentales para su obra, como Vargas Llosa, Bolaño, Fogwill y sobre todo Andrés Caicedo.
Dice la nota:
Alberto Fuguet puede asegurar no haber conocido, antes de recibir la elogiosa frase que ilustra la portada local de su última novela, a Fogwill. ?Fue algo sorpresivo y agradable. Sobre todo porque no tenía acceso a él y no lo conocía. Lo que me hace creer que existe una hermandad cósmica entre escritores?, asegura el chileno, al que Fogwill celebra en Missing, asegurando que es una gran novela verdadera, cuanto más ficción, más verdadera. ?Fuguet está parado todo el tiempo tambaleándose sobre los hombros del mejor Bolaño?, asegura el escritor argentino.
Si alguien debería haber defendido a la generación de Zona de Contacto en Chile, ése era Bolaño, ¿no es cierto? ¿Los conocía?
?Estoy especulando, pero creo que Bolaño lo sabía todo. Supongo que lo que no le cerró fue el vínculo con El Mercurio. Pero lo que hizo Bolaño fue conquistar una Zona propia: llamaba por teléfono a alumnos míos, no hablaba con los editores, sino con los pasantes.
Así que en vez de defenderlos, los atacó.
?No fue tanto. En mi caso, habló en contra y a favor. Por mi personalidad paranoica, estaba esperando el golpe, pero cuando habló en contra fue muy tangencial. Y se cargó explícitamente a Donoso, Edwards, Skármeta, Neruda, Mistral, Eltit, Sepúlveda, Isabel Allende y Marcela Serrano. Yo creo que estaba esperando que saliese Las películas de mi vida para opinar. Edmundo Paz Soldán me dijo que estaba muy curioso. Y en una de sus últimas entrevistas, que hace poco se conoció, habla bien de mí y dice que siente muchas cosas en común.
El archivo dice que Fuguet salió muy temprano a celebrar a Bolaño, cuando recién había aparecido La literatura nazi en América. ?Pero enseguida llegaron los bárbaros a abrazarlo, y se lo llevaron?, explica. ¿Los bárbaros? ¿Querrá decir la academia? ?Sí, ésos?, confirma. Para Fuguet, sin embargo, es un escritor que forma parte de un supuesto canon McOndo, que incluye a Manuel Puig, Cabrera Infante, Ricardo Piglia y, por supuesto, a Mario Vargas Llosa. ?Creo que el Nobel ayuda a terminar de cerrar la polémica?, se ufana quien dice haber quedado afónico la noche del premio, ya que lo llamaron de todos lados para opinar.
Pero la posición política de Vargas Llosa más que cerrar, reabriría la polémica.
?Podemos estar discutiendo horas sobre eso, pero yo creo que Vargas Llosa no es un fascista. Es un freak, un psicópata al que le gusta provocar. Pero está totalmente en contra de las dictaduras y sus libros van a seguir creciendo con el tiempo.
De ese canon McOndo también forma parte Andrés Caicedo, orgullo personal de Fuguet, que de aceptar la tesis de su reinvención, asegura que arrancó más bien con una compilación de artículos periodísticos titulada Apuntes autistas, que reúne todos sus fanatismos (que incluso abre con el artículo publicado en la revista peruana Etiqueta Negra, que disparó Missing). Y luego con el libro de Caicedo, del que muchos dijeron ?asegura? que era una pérdida de tiempo. Pero, justamente, de esas pérdidas de tiempo es que están hechas las carreras literarias.
Si se bromea con Fuguet diciendo que con Caicedo, al contrario de Bolaño, nadie se lo sacó de las manos, su respuesta es bastante seria. ?Uno de mis orgullos es que no he escuchado en el Hemisferio Sur ni una palabra negativa contra Caicedo. Todo el mundo lo abrazó, lo admiró y lo respetó. Ni siquiera nadie lo trató de joven, que por aquí es una de las peores acusaciones. El verdadero triunfo de McOndo, a mi gusto, fue el reconocimiento unánime que recibió Caicedo.?