
Eder. Óleo de Irene Gracia
Iván Thays
“A los otros hombres los encontré en la dirección opuesta…”
El sótano Thomas Bernhard
“Claro, la vida es un proceso de demolición”
Crack-Up Francis Scott Fitzgerald
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena.”
Conversación en la Catedral Mario Vargas Llosa
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro.”?
El amor en los tiempos del cólera Gabriel García Márquez
Cuando era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces. “Siempre que sientas deseos de criticar a alguien”, me dijo, “recuerda que no a todo el mundo se le han dado tantas facilidades como a ti”.
El Gran Gatsby, Francis Scott Fitzgerald
“Cuando te pescaron en el canal, La Salute amanecía, Tintoreto desplegaba sus velas, los turistas al acecho se mordían los labios. ¿Con quién fue la cita esta vez, Dogaresa? ¿te fotografiaron al fin, como tanto habías deseado, con tu gran traje de seda, tus cabellos rojos, tu adorable silueta tendida en el pantano?”
El cuerpo de Giulia-no Jorge Eduardo Eielson.
“El sol aún no se había alzado. Sólo los leves pliegues, como los de un paño algo arraigado, permitían distinguir el mar del cielo. Poco a poco, a medida que el cielo clareaba, se iba formando una raya oscura en el horizonte, que dividía el cielo del mar, y en el paño gris aparecieron gruesas líneas que lo rayaban, avanzando una tras otra, bajo la superficie, cada cual siguiendo a la anterior, persiguiéndose una a otra, perpetuamente.”
Las Olas, Virginia Woolf
“Estoy viviendo en la Villa Borghese. No hay una pizca de tierra en ninguna parte, ni una silla fuera de lugar. Estamos solos aquí, estamos muertos.”
Trópico de cáncer. Henry Miller?
“Para volver a nacer – cantaba Gabrieel Farishta mientras caía de los cielos, dando tumbos- tienes que haber muerto. ¡Ay, sí! Para posarte en el seno de la tierra, tienes que haber volado. ¿Cómo volver a sonreír si antes no lloraste?”
Los versos satánicos. Salman Rushdie
“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.”
Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes
“Cuando, como dos petrificados, nos sentamos a comer o nos topamos de noche en la puerta de la casa porque ambos pensamos al mismo tiempo en cerrarla, percibo nuestra tristeza como un arco que llega desde un extremo del mundo al otro, o sea, de Hanna hasta mí, y en el arco tensado, una flecha lista para dar en el corazón del cielo inmóvil.”
“Todo” Ingeborg Bachmann
¿Encontraría a la Maga?
Rayuela Julio Cortázar
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la ecuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.”
Lolita Vladímir Nabokov
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”
Cien años de soledad Gabriel García Márquez
A LÉON WERTH Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una excusa seria: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede entender todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene mucha necesidad de ser consolada. Si todas estas excusas no son suficientes, quiero dedicar este libro al niño que este señor ha sido. Todas las personas mayores fueron primero niños. (Pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria: A LÉON WERTH CUANDO ERA NIÑO”
El Principito Antoine de Saint-Exupéry
“abra este libro como quien pela una fruta”
Cinco metros de poemas Carlos Oquendo de Amat
“Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl.”
“Axolotl” Julio Cortázar
“Antes de que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la Violencia.?
La Vorágine José Eustacio Rivera
“Mi nombre es Martín Romaña y ésta es la historia de mi crisis positiva. Y la historia también de mi cuaderno azul. Y la historia además de cómo un día necesité de un cuaderno rojo para continuar la historia del cuaderno azul. Todo, en un sillón Voltaire.”
La vida exagerada de Martín Romaña Alfredo Bryce Echenique
“Es seguro que cada día estará más viejo, más lejos del tiempo en que se llamaba Bob, del pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos de cuando entraba silenciosamente en la sala, murmurando un saludo o moviendo un poco la mano cerca de la oreja, e iba a sentarse bajo la lámpara, cerca del piano, con un libro o simplemente quieto y aparte, abstraído, mirándonos durante una hora sin un gesto en la cara, moviendo de vez en cuando los dedos para manejar el cigarrillo y limpiar de cenizas la solapa de sus trajes claros.”
“Bienvenido, Bob” Juan Carlos Onetti
“Llámenme Ismael.”
Moby Dick Herman Melville
“La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad; alguna vez, lo sé, mi vana devoción la había exasperado; muerta yo podía consagrarme a su memoria, sin esperanza, pero también sin humillación.”
“El Aleph” Jorge Luis Borges