Francisco Ferrer Lerín
El maestro propone un trabajo para el fin de semana: hallar la etimología de la palabra francesa ‘robinet’, nuestro ‘grifo’. Treinta y nueve, de los cuarenta niños que componen el alumnado, dan la siguiente solución:
“Según los mejores etimologistas (Bloch y von Wartburg, seguidos por Alain Rey), ‘Robin’ era un nombre de pila masculino que, en la Edad Media, se solía dar a los animales domésticos, en especial a los ‘moutons’ (vocablo que se aplica, sin distinción, a carneros y ovejas). ‘Robinet’ es un diminutivo de ‘Robin’. Las llaves de los caños, o los caños en sí, tenían frecuentemente la forma de la cabeza de una res lanar, de ahí que se les diera ese nombre. En español el paso de ‘caño’ a ‘grifo’ se explica por la sofisticación de ese dispositivo asemejándolo al mítico animal.”
El niño disidente nos dice que en su casa (es una familia de inmigrantes catalanes) al ‘grifo’ se le llama ‘aixeta’, término emparentado con ‘xeta’, ‘jeta’, y que no se ponen de acuerdo los lingüistas para precisar su procedencia pero, apunta, es recomendable acudir a Covarrubias: "Llamamos Geta a los labios hinchados de los negros, por la semejanza que tienen con las setas o hongos que nacen en el campo"