Bienvenido a la página Crime Scene Photos. ¿Trata usted de perpetrar un asesinato con estilo? ¿Está insatisfecho con la vulgaridad habitual de los psicópatas? ¿Quiere cometer un crimen que haga las delicias de los especialistas y los fans del género? Entonces ha llegado al lugar indicado. Pase, por favor, límpiese las manchas rojas de la manga y deje su cuchillo aquí. Adelante.
Nuestro primer ejemplar de hoy es el asesino de la Dalia Negra, inmortalizado por James Ellroy y llevado al cine por Brian de Palma. En la versión cinematográfica, la culpa era de la madre de Hilary Swank, pero es poco probable que la actriz tenga algo que ver. Además, a Ellroy no le gustó la película. En cualquier caso, concéntrense en la obra del artista. Es un trabajo realmente complejo que implicó dos días de torturas, quemaduras de cigarrillos y un cuchillo para dibujarle a la víctima una sonrisa de oreja a oreja, literalmente. El modo en que el asesino le rompió las rodillas con un bate de béisbol y le partió el cuerpo por la mitad nos habla de un hombre que ama su oficio.
Los cuidadosos escrúpulos del asesino de la Dalia Negra tuvieron su recompensa: aparte del libro de Ellroy, una amiga de la víctima escribió otro testimonio en el que culpaba nada menos que a Orson Welles. El crimen nunca fue resuelto. Eso es la gloria para un psicópata: la celebridad sin castigo. Los mejores criminales son aquellos cuya obra trasciende pero cuyo nombre desconocemos.
Pasemos ahora a uno que no tuvo tanta suerte: Ted Bundy. Las fotos de sus víctimas ostentan mordeduras que dan testimonio de su necesidad de afecto. La ternura de Bundy consistía en seleccionar siempre a chicas de pelo oscuro y largo que le recordaban a su mamá, una mujer que lo abandonó en manos de su violento abuelo. En cada víctima, Bundy mataba a su madre.
Crime Scene Photos no incluye información sobre los asesinos o las víctimas. Es sólo una página de imágenes sangrientas, una galería de los horrores que puede concebir un ser humano lo suficientemente desequilibrado como para matar no por ambición ni por defensa propia, sino sencillamente para satisfacer sus necesidades emocionales. Pero al final de la página puedes acceder a un link con fotos e historias de todos ellos y muchos más: Charles Manson, Jack el destripador, Elizabeth Bathory, el Asesino del Zodiaco. Son tantos que hay un link aparte sólo para mujeres asesinas en serie.
Lo realmente increíble no es que haya tantos asesinos en serie, sino que haya tanta gente interesada en verlos. La página recibe miles de visitas diarias, y ha formado un club de aficionados en el que te puedes inscribir para recibir novedades sobre psicópatas y descuartizadores. A diferencia de los crímenes, la página no es obra de un loco suelto sino un lucrativo negocio que se mantiene por la publicidad.
¿Por qué? Porque nos gusta. Aunque no estemos locos. Al igual que el pedófilo Humbert Humbert de Lolita o el nazi Max Aue de Les bienveillantes, los personajes siniestros convocan una parte de nosotros, ese lado oscuro que nos atemoriza reconocer o exhibir pero que aliviamos mediante las historias ajenas, reales o falsas. Por enferma que resulte esta página web, algunos psicólogos piensan que cumple una función social: evita que se desborden las bajas pasiones de mucha gente al satisfacerlas simbólicamente. En una palabra, mantiene tranquilo al pequeño asesino en serie que todos llevamos dentro.
Nota: Debo dar crédito a Beto Buzali, habitué de este blog, por el envío del link de hoy. Asimismo, el link de Global Orgasm que reseñé el pasado 29 de noviembre se lo debo a Diana Hernández. Siéntanse libres de enviar a esta página todos los links bizarros, absurdos o simplemente extraños que encuentren. La gente no suele apreciarlos. Pero aquí los agradecemos.