Clara Sánchez
Por mucho que Pep Guardiola diga que las palabras de Schuster ("Ganar al Barcelona en el Camp Nou es imposible") encierran otra lectura, una especie de juego psicológico que conduciría al Madrid a la victoria, lo que mejor que se ha podido hacer es sustituirlo ya. Porque no es sólo la frase de las narices sino su actitud derrotada y apática, un abatimiento personal que salpica a un montón de personas a su cargo como una lluvia deprimente, desesperanzada e incapacitada.
Cuando uno se encuentra en ese grado de impotencia lo mejor es retirarse porque puede que todos los demás no sean unos negados ni que la competencia tenga unas dotes extraordinarias, sino que quien dirige no tiene las ideas claras, no sabe qué hacer ni por dónde salir. Puesto que se dice que el fútbol es un reflejo de la azarosa vida, Schuster podría ser un reflejo de una manera de afrontar los problemas de muchos ahora mismo.