Clara Sánchez
Se ha celebrado el X Premio de Novela Río Manzares, convocado por el Ayuntamiento de Madrid y concedido por un jurado presidido por el escritor y académico Luis Mateo Díez, que este año ha recaído en la excelente novela Control remoto, de una hasta ahora desconocida María José Codes, que seguro que va a dar mucha guerra, porque la novela tiene talento, pulso, atrevimiento, experiencia de la vida, lo que llamamos madurez, y al mismo tiempo frescura, soltura. Hay novelas, cuyas páginas se sobrevuelan en busca del final, del desenlace de la intriga. En esta, sin embargo, no se quiere llegar al final para no perder ese caudal de imágenes sagaces que nos enlazan con nuestra vida cotidiana y un mundo de relaciones donde se pone sobre el tapete la cuestión de la infidelidad en unos tiempos en que disponemos de un nuevo instrumento para comunicarnos, pero también para desdoblarnos y escamotearnos sentimentalmente: el teléfono móvil. El móvil o celular se convierte en un personaje más de la novela, en un personaje imprescindible porque crea adicción y porque hoy por hoy es ese apéndice que nos alarga hacia los otros. Y Codes ha sabido aprovecharlo como material poético. Son los tiempos que corren.