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Blogs de autor

Madrid – Sigüenza (1)

Por 18 de marzo de 2008 Sin comentarios

Clara Sánchez

Hay otra manera de pasar los días de semana santa sin pegarse una paliza en la carretera y correr el riesgo de que haga mal tiempo y uno no pueda salir del apartamento, y es programarse excursiones de un día o dos. Propongo una para la que no se necesita ni coche. Se trata de tomar en la estación de Chamartín el sábado por la mañana, a eso de las diez, el tren medieval que va a Sigüenza. Se reconoce porque en el andén de cercanías en que está situado van y vienen actores con atuendos de época, por lo que nada más poner el pie allí hay que empezar a dejarse llevar por el ambiente y a disfrutar de la sensación de que uno va acercándose a otro mundo. ¿Para que ir al lejano Orlando para entrar en los mundos inventados de sus parques temáticos cuando aquí podemos trasladarnos a la Edad Media en un tren de verdad? También el paisaje es de verdad y los dulces que reparten durante el trayecto son auténticos, y la representación en que podemos hablar de tú a tú y discutir con personajes históricos como el Obispo Bernardo de Agén (que conquistó Sigüenza en 1124) o con doña Blanca de Borbón, (cuya trágica existencia da mucha vida a los muros de piedra de Sigüenza) instructiva y entretenida. Y total que cuando nos queremos dar cuenta hemos llegado.

/upload/fotos/blogs_entradas/en_la_plaza_mayor_de_siguenza_med.jpgSigüenza es de verdad. Sus tejados rojizos destacan en un páramo con manchas de vegetación y donde en invierno se pueden alcanzar los quince grados bajo cero, lo que hace que esta ciudad sea recia, sólida, de piedra, y al mismo tiempo delicada, con su Doncel, su doña Blanca y sus dulces. De hecho la guía que nos ha tocado nos cuenta que el empedrado de la plaza Mayor y calles adyacentes no sólo estaba pensado como pavimento sino para que se masajeara la planta de los pies al andar. ¿Se puede esperar mayor refinamiento? Vamos a ver ¿a qué ayuntamiento en nuestros días se le ocurriría pensar en los pies de sus ciudadanos? A mí, que me encanta ser turista y que me cuenten cosas, ésta me deja con ganas de preguntar más detalles, pero no quiero ser la típica lista que acapara a la guía. Los viajeros del tren ya sabíamos a qué grupo pertenecíamos cada uno, y los guías nos esperaban a la salida de la estación vestidos en plan medieval, pero de un modo muy natural, con tejidos de entonces, por lo que los guías quedaban estupendamente entre los muros de piedra de las casas y sobre el empedrado, y los turistas como si nos acabasen de teletrasportar con nuestros extravagantes atuendos. 

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Clara Sánchez

Clara Sánchez es escritora española. En la actualidad reside en Madrid, donde estudió la carrera de Filología Hispánica y donde durante varios años enseñó en la universidad. Hasta la fecha ha publicado ocho novelas: Piedras preciosas (Debate, 1989), No es distinta la noche (Debate, 1990), El palacio varado (1993, Punto de Lectura 2006), Desde el mirador (Alfaguara, 1996), El misterio de todos los días (Alfaguara, 1999), Últimas noticias del Paraíso (Alfaguara, 2000), Desde el mirador (Alfaguara, 2004) y Presentimientos (2008).  Su obra ha sido traducida al francés, alemán, ruso, portugués, griego...Ha recibido el premio Alfaguara de novela en 2000 por Últimas noticias del paraíso. Y el premio Germán Sánchez Ruipérez al mejor artículo sobre Lectura publicado en 2006 por la columna titulada "Pasión Lectora" (El País, 6 de agosto). Colabora habitualmente en El País. Y durante unos cinco años lo hizo en el programa de cine de TVE "Qué grande es el cine".

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