Clara Sánchez
Era un momento muy esperado el momento en que la luz de la linterna, más que iluminar, volvía aún más peligrosos esos lugares siempre oscuros en que la intrépida Scully tenía que entrar. Había episodios en que no se sabía ni lo que estaba pasando, lo importante era que hubiese algo que enfocar con la linterna, algo que la fría mirada de Dana pudiese ver, algo que alimentase las obsesiones de Mulder. Pero ¿dónde ha quedado la conspiración en los nuevos The X Files? La conspiración era el motor de la serie, mejor dicho "la sensación de conspiración" porque ahí cabía todo: lo real, las sospechas, los espejismos, la información, la desinformación y el humo del cigarrillo del malo. Los detalles armaban la conspiración, y de detalles, que deseábamos ver los espectadores, armaban los argumentos, cuyos contenidos eran los que menos nos interesaban. Algo sin duda novedoso en el tratamiento formal que junto a su originalidad y audacia al hacer que los agentes del FBI se encargaran de resolver fenómenos paranormales hizo que la serie tardase en arrancar el favor del público.