Le asestaron 30 puñaladas. Su cuerpo fue encontrado en su departamento de la calle Varsovia, en la colonia Juárez de la Ciudad de México. Fue director del periódico nacional Excélsior y acababa de presentar su libro Excélsior, el asalto final, donde narraba los entresijos de la lucha de poder del rotativo que finalmente fue comprado por el magnate de la comunicación Olegario Vázquez Raña. Laboró en ese periódico durante 30 años. Había denunciado la intromisión política en el interior del diario del que fue expulsado por la cooperativa. Antes de ser asesinado dijo a la prensa que "un grupúsculo de traidores emboscados" selló a medianoche las oficinas de la dirección del periódico cuando lo echaron de manera ilegal. Las autoridades han declarado que no han encontrado "el móvil" del crimen.

Editorialista de los periódicos regionales El Imparcial, El Regional, Mercurio y El Cinco, de Tamaulipas. Fue asesinado la tarde del 31 de agosto de 2004, cuando el periodista llegaba a su domicilio fue subido a la fuerza a un vehículo. Luego la policía recibió una llamada anónima que anunciaba que el periodista había sido tirado afuera de la Cruz Roja. Con visibles muestras de tortura: quemaduras, golpes y fracturas en el cráneo y dedos de las manos, murió horas después. Sus columnas denunciaban la corrupción y las relaciones del crimen organizado con los políticos. Las autoridades detuvieron al ex militar Raúl Castelán Cruz como responsable del asesinato, quien confesó que no actuó solo y que uno de los autores intelectuales es Jorge Eduardo Costilla, apodado "El Coss", jefe del cartel del Golfo. La policía no ha detenido a nadie más y el caso sigue abierto.
Le asestaron 26 puñaladas la madrugada del 19 de marzo de 2004 cuando bajaba de su camioneta para dirigirse a su casa, luego de terminar sus labores periodísticas. Por la escena del crimen, el director del periódico El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas intentó defenderse y corrió, pero fue alcanzado por el asesino. Quedó tirado en un charco de sangre en la calle durante varias horas, hasta que llegaron los policías. En sus columnas había criticado al gobernador Tomás Yarrington y denunció los nexos de las autoridades con el crimen organizado, las actividades del Cartel del Golfo, y la implicación de policías y funcionarios en el tráfico de drogas y a expolícias empleados por el grupo "Los Zetas" para extorsionar a empresarios. Estaba casado y tenía un hijo pequeño. Nueve días después del asesinato la policía dijo que se trataba de un "crimen pasional" y culparon a la pareja de homosexuales formada por Mario Medina Vázquez e Hiram Oliveros Ortiz, vecinos del periodista. Ambos se declararon inocentes y afirmaron haber sido torturados por la policía tamaulipeca para que se declarasen culpables. Dos meses después, Medina Vázquez fue asesinado de 30 puñaladas en la cárcel de Nuevo Laredo. El caso se cerró de manera indebida, sin esclarecer el asesinato. El 4 de junio de 2008 organizaciones internacionales y nacionales de periodistas exigieron una nueva investigación. La Comisión Nacional de Derechos Humanos dictaminó que las autoridades de Tamaulipas cometieron serias irregularidades, hubo negligencia, se alteraron pruebas y declaraciones. El crimen sigue impune. 


