Skip to main content
Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El santo bebedor

Los Roth austrohúngaros: Fannie Roth, Sophia Roth, Joseph Roth, Max Silverstein, Lillian Roth, Siggie Krongold, Helen Roth. Fuente: itolman El santo bebedor es el nombre con que el húngaro Géza von Cziffra conoció a su amigo Joseph Roth y es el título, además, del libro que le dedicó y que ahora aparece en castellano. Mercedes Monmany le hace justicia en su reciente reseña del ABCD las letras que es, además, un réquiem dedicado al narrador de un país (y un siglo y un mundo) perdido:Con los recuerdos de este personaje contradictorio, desconcertante, inasible y sentimental, Géza von Cziffra construiría, con el título de El santo bebedor, uno de los mejores, más honestos y auténticos homenajes posibles hacia el que es sin duda uno de los mejores escritores del siglo XX. Alguien cuyas metamorfosis, extravíos, cambiantes visiones del mundo, así como fantásticas imposturas sobre su vida, crearon un halo de leyenda y también de afecto vinculante entre los que le conocieron y, sobre todo, entre un nutrido grupo de amigos devotos de su talento que desfilan por esta biografía. Por la Viena y el Berlín de entreguerras o por el París de los exiliados de Hitler, y en interminables tertulias de lugares míticos -el Café Central y el Herrenhof vieneses, el Romanische Café berlinés, también llamado «café de las posibilidades infinitas»-, desfilarán el magnífico microcuentista y periodista praguense Egon Erwin Kisch; una de sus últimas amantes, la escritora Irmgard Keun; Alfred Döblin, el húngaro Odön von Horváth, su adorado Alfred Polgar, Heinrich Mann, el siniestro jefe del agitprop soviético en la Europa occidental Willy Münzenberg -al que Rothodiaba profundamente- y su gran defensor y amigo, Stefan Zweig. Sus maníacas fidelidades de cantor y legitimista de los Habsburgo, o esas narraciones coloristas e hipnóticas que cautivaban a entregados auditorios, produjeron siempre entre sus más antiguos conocidos una mezcla entrañable y protectora de complicidad. Aún así, no pudieron defenderle de una muerte anunciada. Alcoholizado sin remedio desde hacía años, murió prematuramente en París, huyendo del infierno en la tierra que habían traído los nazis, el 27 de mayo de 1939. Tenía 45 años. (...) Siempre anheló ser otro, mientras fantaseaba y se adornaba con mil mentiras sobres sus orígenes y su vida como «oficial» de su adorado Ejército Austrohúngaro. Un Imperio que se instaló en su mente como la mejor tierra de tolerancia y civilización que le fue dada conocer. Su entierro fue, para su puñado de perpetuos amigos y seguidores, un quebradero de cabeza. Reunidos en el cementerio dos curas católicos y un rabino dispuesto a pronunciar su kaddish, y sin poder afirmar a ciencia cierta lo que siempre dijo acerca de su conversión, al final se decidió enterrarlo «como había vivido»: en un cementerio mixto.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
8 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El canon realista peruano

Ilustración: Vladimir Kush/mf Y ya que hablamos del canon literario, recomiendo mucho esta conversación que apareció en el úiltimo número de Hueso Húmero entre Gustavo Faverón y Peter Elmore justamente sobre el canon peruano y la valoración que se le da a la narrativa realista. El intercambio epistolar entre Elmore y Faverón surgió de un post en "Puente aéreo" respecto a la literatura peruana, y más específicamente a la idea de Gustavo de que "sería críticamente productivo dejar de tomar al realismo como la necesaria columna vertebral de la tradición narrativa peruana". El intercambio entre ambos críticos (y escritores, por cierto) ha sido también reproducido en un post reciente en "Puente aéreo". Como no vale la pena resumir tan interesante diálogo, solo voy a dejar aquí algunos párrafos significativos como aperitivo. Espero que puedan leer el post completo o el artículo en Hueso Húmero:(...) el ejercicio de ?dar un paso al costado? puede llevarlo a uno muy lejos. A ti, por ejemplo, te lleva a sugerir que habría ?una serie de constantes vertebradas con tanta solidez como la tradición realista?. Antes de discutir, valdría la pena repasar la nómina que ofreces, porque algunas inclusiones me parecen dudosas o, por lo menos, discutibles. (...) Francamente, no me basta la mención de sus nombres como prueba de lo que propones. ?La venganza del cóndor?, con sus pasajes macabros y su extraña aclimatación del gótico a los paisajes andinos, es un libro que explora ?algunos dirían, creo que con exageración, ?que explota?? el abismo entre el país criollo y la población andina. Si algo vincula a los cuentos más interesantes de ese libro es la conciencia ?la mala conciencia? del blanco que sabe que sus privilegios generan un resentimiento que puede sentirse elemental y bárbaro, pero que es comprensible y hasta legítimo. A Arguedas no le gustaba, como sabemos, la obra de García Calderón; sin embargo, desde otro lado ?es decir, con otra visión y otra experiencia del mundo? también Arguedas explora los desgarramientos de la sociedad y los efectos que esos desgarramientos tienen en la subjetividad y la ubicación de los personajes. [Peter Emore]¿Qué constantes unen a estos escritores? Lo que salta a la vista (y a la lectura) es la variedad que los distingue, a menos que uno le dé la vuelta a la idea de que forman una liga local de disidentes del realismo y, más bien, resalte que, por vías distintas, todos ponen a prueba los lugares comunes sobre la convivencia de clases, géneros, razas y culturas en el Perú republicano. En las ficciones de esos escritores (sin negar, por supuesto, las diferencias enormes de sensibilidad, concepción artística y estilo que los separan) el país no solo provee escenarios, sino que aparece ?tácita o abiertamente? como problema y como posibilidad. No quiero decir, por si acaso, que esa dimensión sea la única ni, en todos los casos, la central. Me limito a decir que si uno la sustrae, termina por empobrecer y recortar la lectura. [Peter Elmore]Tengo la impresión de que, cuando hablamos de ?realismo? podemos estar refiriéndonos a cosas distintas. Cotidianamente, asumimos el realismo como la intencionalidad de representar el mundo a través de la obra de arte o de la obra literaria, hurgando en la trama histórica, social, cultural, acaso política, que subyace a las relaciones cotidianas dentro de una cierta comunidad, el mundo representado. En un sentido más estricto, claro, una definición de ese tipo resulta imprecisa por laxa y por excesivamente inclusiva: no queremos asumir que es realista toda novela que intenta lidiar con una estructura social o cultural, sino que lo es la novela que quiere representar ese objeto de una manera determinada. Tampoco queremos suponer que solo desde la clave realista se puede hablar sobre esa trama social, porque la falsedad de esa premisa es cristalina a lo largo de la historia. Asumir como realista toda narración que, como las de García Calderón ?y siguiendo tus palabras?, haya sido ?una aclimatación del gótico a los paisajes andinos?, o tomar como tal la ?fantasmagoría pintoresca? de Martín Adán en La casa de cartón, o colocar en esa misma clase al realismo mágico que ?como observas? frecuentó Scorza, resulta, pienso, en un relajamiento de cualquier noción productiva de realismo, un relajamiento que, en efecto, permitiría asumir a la sensibilidad gótica, a la mirada fantasmagórica e incluso al realismo mágico como simples avatares del realismo, y no como estéticas y modos de representación fundamentalmente distintos. [Gustavo Faverón]Mi punto es que no es necesario, para verificar mi propuesta, que esas obras cuestionen ?la razón occidental y moderna?. Es bastante con que hagan lo más visible: cuestionan el modo de representación realista, quizá desechándolo en beneficio de otro que ?trampas en que cae el subalterno, o el subalternista? también provienen de esa misma razón, pero que abren una exploración hacia otros rumbos. En otras palabras, incluso si no hay un cuestionamiento de ?la razón occidental y moderna?, en esos autores, sí hay una duda fundamental: una sospecha sobre la mentirosa transparencia del signo realista, un afán de distanciar la realidad de la forma en que la realidad es dicha. Allí donde el realista ?para decirlo en términos gruesos? tiende a borrar el hiato entre el mundo y su representación, y conduce al lector a la creencia de que la representación y el mundo son idénticos ?el realismo elide el estatus del signo como signo, decía Barthes?, autores como Scorza y, creo yo, básicamente, los que mencioné en mi post original, no sólo aceptan convivir con la duda de esa identidad, sino que prefieren señalarla, llamando la atención sobre la artificialidad de sus discursos. [Gustavo Faverón]Para Lukács, el realismo clásico se sostiene en el impulso de comprender las relaciones personales al interior de una totalidad que no es metafísica, sino histórica y concreta. Auerbach, por otro lado, pensaba que lo que distingue a la gran tradición realista del siglo XIX son dos rasgos: el primero, la capacidad de tomar en serio ?es decir, de no tratar solamente de manera cómica? la existencia de las capas populares; el otro, la convicción de que la trama de lo cotidiano y actual es la materia que informa la creación artística. No deja de ser irónico que en el siglo XIX, el gran siglo del realismo, nuestro narrador más importante haya sido Ricardo Palma, que en las Tradiciones sobreentiende que la vida contemporánea no le sirve para escribir y que, además, parece persuadido de que toda historia y todo personaje tienen que ser vistos a través del lente de un humor liviano y burlón. En Respiración artificial, de Piglia, Renzi dice ?argumentando ingeniosamente? que para él Borges es el mejor escritor argentino del siglo XIX. Sin la argumentación ingeniosa, pero con malicia, hubo quienes dijeron que Ribeyro era el mejor escritor peruano del siglo XIX. En un sentido que no tiene que ver con los hábitos sintácticos, sino con las premisas de la representación, uno podría decir ?exagerando, claro? que los otros grandes escritores del siglo XX peruano también serían candidatos de fuerza a ese título. Acaso sea sintomático que el epígrafe de Conversación en La Catedral (?la novela es la historia privada de las naciones?) no sólo sea de Balzac, sino que esté tan bien puesto. [Peter Elmore]Cuando digo que el ejercicio de revisar la posición crucial del realismo en la construcción de nuestro canon puede dar frutos interesantes, me refiero a eso: que el proceso del canon peruano ?lo que muy elocuentemente llamas ?resta crítica?? se ha hecho siempre, invariablemente, desde una hermenéutica realista, es decir, una que consuetudinariamente ha buscado canonizar los libros que parecen ofrecer algo de interés no a la tradición de la narrativa peruana, sino a la tradición de la lectura documental del realismo social peruano. Nada más engañoso que seleccionar a partir de esa premisa para luego concluir que en el Perú lo realista ha sido siempre lo crucial. Citas a Auerbach y a Lukács y entonces es oportuno recordar que el interés de Auerbach no era fundamentalmente caracterizar el realismo tal como éste se había formulado y reformulado a lo largo del siglo diecinueve (el realismo que más interesa a Lukács), sino descubrir los avatares del realismo en tres mil años de literatura: el realismo de Auerbach no es, estrictamente hablando, el que busca comprender la posición del sujeto social, individual o colectivo, en el mundo de los estados nacionales (ése sería el realismo que más a la mano tenemos nosotros, el primero en que pensamos cuando hablamos de realismo), sino la evolución de la mímesis desde la consideraciones de Platón sobre ella hasta las formas que toma en el primer tercio del siglo veinte [Gustavo Faverón]Si tuviera que resumir mi posición en esta conversación hasta aquí, lo haría de la siguiente manera: para pedir una revisión de la idea de que el realismo es la espina dorsal de nuestra tradición narrativa, no es necesario desconocer la preocupación mayoritaria de los narradores peruanos por hacer de las tramas sociales, culturales y políticas del Perú, y de la forma en que los sujetos se insertan en esas tramas, un objeto central de sus obras. Esto último se debe aceptar sin desmedro de preguntarse por qué con tanta frecuencia autores como Arguedas, Scorza, Rivera Martínez, Colchado Lucio, Rosas Paravicino, Prochazka, Alarcón, Adolph, Reynoso, etc., se sienten inclinados a buscar las claves y los modos de representación fuera de los linderos del realismo. Mi propia impresión es que no se trata de una simple disidencia, o una serie de disidencias, ni tampoco de un fenómeno distinto en cada caso, sino de una tendencia que se va reforzando desde hace décadas y que tiene que ver con el agotamiento del proyecto creativo realista, históricamente asociado entre nosotros con el proceso de construcción de lo nacional. Lo que perdura ahora, lo que insiste en tomar el centro del escenario, es el viejo modelo de lectura realista, y de sus variantes documentales y antropológicas, incluso cuando el corpus de nuestra narrativa empieza a quedar cada vez más lejos de ser interpretable en esos términos. [Gustavo Faverón]Agua y Yawar Fiesta son libros escritos desde (y en tensión con) la estética del realismo. Lo mismo puede decirse de Conversación en La Catedral y La casa verde, así como de La violencia del tiempo y País de Jauja. Incluso novelas que, como El cuerpo de Giulia-no, no se someten al régimen de verosimilitud del realismo, sí participan de algo que está en el centro de la poética realista: la convicción de que la experiencia personal se entiende dentro de un haz de relaciones de clase, género, generación y etnicidad que se hallan históricamente determinadas y que, en el caso nuestro, se expresan como una relación agónica y paradójica con la sociedad peruana. Es por eso, pienso, que la novela de aprendizaje es el género más poblado y más significativo en la literatura peruana moderna. En otra línea, acaso sea también sintomático que dos de los lectores más alertas de la ficción narrativa y el imaginario peruanos ?Jorge Basadre y Alberto Flores Galindo? fueran historiadores. [Peter Elmore](...) tengo la impresión no sólo de que las novelas peruanas tienen, como dije, sistemáticamente, menos probabilidades de canonización mientras más se alejen de la poética realista, sino que algunas veces les basta incluso con alejarse de los escenarios peruanos para ser consideradas secundarias en general o secundarias con respecto al resto de la obra de sus autores: Babel, el paraíso de Gutiérrez y Los eunucos inmortales de Reynoso son dos buenos ejemplos, pero también resulta sintomático que La vida exagerada de Martín Romaña esté tan detrás de Un mundo para Julius en la imaginación de quienes piensan nuestro canon, o que La casa verde y Conversación en La Catedral sean repetidas piedras de toque de esta discusión en la que no se ha hablado de La guerra del fin del mundo ?en cuya memorable última línea, por otra parte, pareciera deslizarse la primera duda del realismo en toda la obra de Vargas Llosa. Creo que todo eso también tiene que ver con esa tácita exigencia crítica según la cual, si espera reclamar el centro del escenario, una novela peruana debe decir algo muy explícitamente acerca del Perú). Creo que hace falta un cambio radical en la percepción de la crítica, uno que, por ejemplo, permita que las obras narrativas de Carlos Calderón Fajardo, José B. Adolph, Mirko Lauer, Iván Thays, Enrique Prochazka o Augusto Higa (para no hablar de los más jóvenes, como Luis Hernán Castañeda o Daniel Alarcón: tiempo al tiempo), y un largo etcétera, puedan ser percibidas con cierta sistematicidad, y no como una inundación de idiosincrasias, una suma de excepciones que, curiosamente, sobre todo en las últimas dos décadas, empieza a parecer más numerosa que el conjunto de obras que la lectura realista logra barajar. [Gustavo Faverón]Esta conversación surgió de una convicción (¿o es una intuición?) tuya: la de que el realismo no es en rigor ?la matriz nuclear de nuestra tradición narrativa?. En el último párrafo de tu mensaje anterior mencionas a varios escritores en actividad ?uno podría añadir, con justicia, a Iwasaki y Rivera Martínez? y dices que sus obras no son ?una suma de excepciones?, lo cual supone que las ves dentro de una corriente que fluye en el mismo sentido. ¿Cuál es ese sentido? Tú te abstienes de precisar en qué podría radicar la ?sistematicidad? de la lectura de ese conjunto de libros. Uno podría deducir que tienen en común su alejamiento del realismo, pero me imagino que algún otro criterio usarás tú. ¿Cómo podría ser esa la clave, si piensas que el realismo no marca a nuestra tradición literaria? [Peter Elmore]Si hablamos de la literatura peruana actual, ¿valdría la pena negar la vena realista en, por ejemplo, Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Abelardo Sánchez León o Jorge Eduardo Benavides? Sería, creo, un error y un desperdicio. Dicho esto, paso a apuntar que para mí lo más interesante en el campo de la narrativa peruana de las dos últimas décadas es que ya la vertiente realista (y, con ella, la demanda ética de dar cuenta siempre de la realidad peruana) no domina hasta el punto de ejercer una especie de presión disuasiva sobre los escritores peruanos: ahora es una de las posiciones en un espectro de obras (y éste es el otro fenómeno que me parece importante) escritas por autores de varias generaciones. Entre otros, Mario Bellatin tuvo un papel importante en ese proceso (y, de hecho, es significativo que importe poco que sea mexicano y peruano, como tampoco pesa gran cosa que Alarcón escriba en inglés). Por cierto, no creo que prevalezca la ?tácita exigencia crítica según la cual, si espera reclamar el centro del escenario, una novela peruana debe decir algo muy explícitamente acerca del Perú?. (...) ¿Quiénes son, entonces, los autores de esos artículos y libros que sí tienen ?un emplazamiento preponderante en nuestra crítica?? No me parece que me cegara el optimismo cuando escribí que El sol de Lima es un libro clave en nuestra tradición, y tampoco creo que sea triunfalista no compartir la sensación de que ?la forma de lectura predominante en el Perú muchas veces violenta las ficciones para buscar en ellas poco menos que representaciones documentales de nuestra realidad social, incluso cuando ese espíritu no habita en ellas?. El panorama es más plural y más complejo. Es, también, más polémico. [Peter Elmore]Por supuesto, yo no he dicho que el realismo no marque la tradición narrativa peruana, sino que sería críticamente productivo dejar de percibir al realismo como la espina dorsal de esa tradición. De hecho, he señalado que la ideología que subyace al realismo (el historicismo, ciertas formas de materialismo, la mirada antropológica, la concepción del individuo como ser eminentemente social) marca en mayor o menor grado toda tradición narrativa de la modernidad, en especial desde el siglo diecinueve. Ahora bien, afirmar que la abundancia de autores peruanos que elaboran su obra al margen del realismo demuestra que el realismo es en virtud de esa negación la espina dorsal de nuestra narrativa me parece un argumento difícil de defender. Incluso si tu idea es afirmar que quienes no son realistas son meros disidentes inevitablemente marcados por aquello que rechazan, esa seguiría siendo una manera tendenciosa de enfrentar el tema: acusar al contrarreformista de reformista, al romántico de barroco. (...) Veo la narrativa peruana reciente como nucleada en torno a dos centros diferentes, dos centros principales. Primero, están quienes toman como objetivo central de su obra la comprensión de las realidades sociales y culturales andinas no atendiendo a la poética realista ni inscribiéndose en el realismo como discurso representacional, sino, más bien, inclinándose por la incorporación de discursos míticos, un tanto sobre la huella de Manuel Scorza ?más que sobre la novelística de Arguedas, como bien señalaste tú al principio de esta discusión?. (...) Luego, está la numerosa y cada vez más predominante secuela de la narrativa urbana que no ingresa en el círculo del realismo como poética, ni como paradigma representacional, ni como herramienta de conocimiento, y que se encamina, más bien, a la construcción de universos paralelos, enrarecidos, edificados a través de discursos a veces paranoides, a veces esquizoides, que no intentan comprender la ciudad como el producto necesario de un devenir histórico, sino reconstruirla sincrónicamente como un laberinto delirante y en gran medida incógnito, o incluso incognoscible (...) [Gustavo Faverón]Diez Canseco, Eielson, Martín Adán, Calderón Fajardo, Bellatin, Lauer, el Reynoso de las últimas novelas breves (que, en efecto, están escritas al margen de la intención realista), Prochazka, Thays, Alarcón, Castañeda: sobre pocos de ellos se podrá decir que han olvidado la preocupación de entender las redes que unen al sujeto con su coyuntura social y el devenir, pero lo que los vincula unos a otros no es ni la escritura realista (que no comparten) ni el designio racionalista moderno (que la mayor parte de ellos deja de lado): los enlazan, más bien, la intuición del mundo (a veces el urbano, a veces el íntimo, el interior) como patología, delirio, máscara impenetrable o desvarío; los unen la tendencia a la irrealidad y la licencia de construir universos narrativos a través de discursos no representacionales. No veo la necesidad de entender sus obras como destilaciones laterales o subproductos del realismo; de hecho, pienso que un vicio no suficientemente discutido del oficio crítico en nuestro tiempo es el de suponer, aunque no siempre explícitamente, sí implícitamente, que el realismo es by default una suerte de grado cero de la narrativa, a partir del cual toda otra poética contemporánea se debe explicar como una recusación o una construcción levantada en tensión con esa otra, que sería siempre la viga mayor. Pero, como dices, esto es una intuición y, como tal, es debatible y acaso desmontable. [Gustavo Faverón]



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
5 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Jonathan Coe intimista

Jonathan Coe en Barcelona. Fuente: elpaís Los gruppies del autor se han quedado asombrados con lo que le ocurrió a Jonathan Coe, el célebre e ingenioso escritor satírico inglés, quien en su última novela editada por Anagrama, La lluvia antes de caer, se ha conviertido en un autor intimista y monologante. ¿Qué pasó? ¿Se acabó el humor? El autor lo explica así: " Mis anteriores novelas eran más largas y más complejas. Pensé en quitar en vez de añadir. Decidí contar la historia de madres e hijas y prescindir de los padres e hijos". Más allá de las dudas el resultado, me dicen, ha sido estupendo. El autor se presentó en Barcelona el pasado miércoles. En El País se resume la novela:Lo que cuenta es así: Rosamund, de 73 años, muere (o se suicida). Lega sus bienes a tercios entre dos sobrinos nietos, Gill y David, e Imogen, prácticamente desconocida para el resto. Deja también cuatro cintas grabadas para que su sobrina se las entregue a Imogen, con el encargo de que si no la localiza, las escuche ella. "Desde mediados los años ochenta tenía una idea sobre tres imágenes. Una niña rubia y ciega, una misteriosa casa en el campo y una canción, Baileros (de Cantos de Auvernia, interpretados por Victoria de los Ángeles), pero tenía 25 o 26 años, sin madurez suficiente, para juntarlas. Y me fui en dirección opuesta, la sátira política y el humor. En 2005 regresé a esa idea, por lo que no es un cambio sino un retorno". En las casetes, dictados poco antes de morir, Rosamund, cuenta a Imogen sus orígenes y su propia historia. Para hacerlos, elige 20 imágenes, casi todas fotografías pero también alguna postal, desde la II Guerra Mundial hasta los noventa. Es lo que atrapa de la novela y que obliga a leerla sin parar para llegar al final y luego volver a algunas de sus páginas. Describe las fotografías a una niña ciega, a la que no ve desde hace 20 años, se supone que ahora es ya una mujer. La descripción de paisajes se combina con la narración, del pasado al presente y al revés. "No fue difícil elegir las fotografías, muchas pertenecen a mi propia infancia. Me di cuenta al enseñar antiguos álbumes a mis hijas, no sólo les interesaba las imágines también la historia de las personas que en ellas aparecían". El tema principal de la novela es una contradicción. Imogen, que sufre malos tratos a los tres años que la dejan ciega, no debía haber nacido. Todo lo que llevaba a ella había sido un error. "Rosemund se da cuenta de que es una ser humano. Intento con este libro entender esta paradoja".La nota termina con una pregunta:¿Volverá Coe a sus novelas políticas que tanto han gustado? "Estoy en medio de la escritura de la siguiente. Es difícil de decir. Habrá humor y muchos hombres, en realidad, sólo hombres. Este es el desafío: integrar los elementos de mis anteriores novelas con ésta".



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Tabarovsky entrevistado

Entrevista a Damián Tabarovsky. Fuente: página12 Autobiografía médica (Mondadori) es la nueva novela del escritor argentino Damián Tabarovsky, que ha llegado a Argentina hace poco y Silvina Freire aprovecha la oportunidad para entrevistarlo en Página12. Tabarovsky es un escritor que no ha estado ajeno a las broncas literarias argentinas. Recuerdo una muy cacareada con Guillermo Martínez, en la que se discutía la falsa dicotomía "literatura marketera" y "literatura experimental". Por una de las respuestas de Damián, parece que aquí también hay un guiño a esa bronca. Eso motivo un guiño de Guillermo en La muerte lenta de Luciana B. Aquí algunas preguntas:?¿Cómo es una novela que se titula Autobiografía médica, pero tiene un narrador en tercera persona??En buena medida es un chiste. Esta novela la escribí hace unos años, antes de que aparecieran tres o cuatro novelas en primera persona y hubiera como una minimoda de la ?literatura del yo?. El yo es una categoría que aparecía demasiado plena en esas novelas, y buena parte de la teoría y de la literatura a partir del siglo XIX problematiza el yo. Desde Freud, con el olvido del nombre propio, hasta Deleuze y Guattari con el rizoma de llegar al punto donde decir yo no tiene la menor importancia, el yo no es una categoría plena. Como en todas mis novelas hay algo autobiográfico, se me ocurrió este chiste de escribir una novela que se llame Autobiografía... pero en tercera persona, con un personaje que se llama Dami y que funciona como una ironía sobre una larga tradición, que es la del alter ego. Cuando se escribe en primera persona en los blogs y en otros lugares hay un olvido de la extrema problematización de lo que fue el yo en la teoría, la filosofía y en la propia literatura. A mí me gusta reproblematizar eso. No es tan sencillo decir yo. La literatura tiene que poner una distancia. La primera distancia es la tercera persona.?¿Esta novela es más radical que las anteriores en tanto la enfermedad no aparece como metáfora de nada??No sé si radicalizada es la palabra, pero voy perseverando en una serie de intuiciones que tengo, como poner en discusión ciertos aspectos de la trama. No es que no haya trama, como a veces se lee. Hay un sistema lógico, pero no es el tradicional de introducción, desarrollo y conclusión. Es muy obvio decir que la enfermedad es la gran metáfora del capitalismo contemporáneo. La literatura es un objeto que no abre ninguna puerta a la interpretación, aunque cada uno la pueda interpretar como quiera, pero sin que la narración favorezca una interpretación de tipo humanista, aposentada, de denuncia sobre el capitalismo o la vida humana. Y sin embargo, Autobiografía médica fue elegida una de las novelas del año en el sitio del Partido Obrero Español (risas). Había una reseña muy favorable que decía que mi novela era una gran metáfora del capitalismo contemporáneo. Yo mandé un post, la única vez que escribí en un blog, en el que agradecí los elogios, pero aclaré que no entendía así la novela, que no había ninguna metáfora. No me gusta la idea de la metáfora en la literatura, más allá de que el lenguaje per se es metafórico y alegórico desde que decimos ?buenas tardes?. Como dice en algún lugar Lacan, todo lenguaje es sentido, por lo tanto es doble sentido. Entonces si ya tiene doble sentido, para qué ahondarlo más.?El narrador plantea que un consultor joven, si es inteligente, busca la figura del precursor. ¿Fue deliberado este paralelismo ?tan borgeano? entre el consultor de marketing y el escritor??Hay una ironía sobre la literatura y la consultoría, ?El consultor de marketing y sus precursores?, sería parafraseando el famoso texto de Borges (risas). Nunca lo pensé como tan borgeano, pero es verdad. Borges dice en voz alta lo que todos hacemos en voz baja, que es construir nuestros propios precursores. Hay una metonimia evidente, estoy hablando de literatura usando el chiste de la consultoría de marketing. Como la literatura se parece cada vez más a la consultoría de marketing, por qué no plantearlo directamente.En el final de la novela pone en discusión la idea del potlatch para optar por el don de la interrupción. ¿A qué se debe esta estrategia??Blanchot dice que la literatura marca, pero no deja huellas; ésa sería la idea, en un contexto donde las experiencias intensas tienden a desaparecer. Es una experiencia intensa, pero a la vez encerrada en sí misma, que no logra ir más allá. Ese es el trauma de la literatura contemporánea. La literatura como me interesa a mí es una experiencia intensa, a veces, que no puede ser transferida casi linealmente al mundo, como se imaginó en otras épocas. No hay que renunciar a que la literatura sea una experiencia fuerte, radical, que descentre, que perturbe, pero sabiendo que eso no va tener efectos más allá del propio acto de lectura, lo cual es una tragedia en algún punto, pero es lo máximo que se puede decir hoy. Y no es poco. La literatura es un lugar de la negatividad radicalmente negativa; no da sentido al mundo, no es programática, pero pone entre paréntesis los discursos dominantes.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El donjuanesco Amis

Martin Amis. Foto: Julia Gorgas/ Telegraph Así que Martin Amis, el chato, resultó un Don Juan. Yo lo había calado yo muy bien cuando en Experiencia apareció disfrazado de llavero de Mick Jagger. Un metrosexual de los años 70 como solo había en Londres. Ahora sale su ex novia a decirlo todo, con permiso del autor. Y ya que estamos, Isabel, la actual novia de Martin que tiene ascendencia uruguaya, es muy guapa también. En fin, a quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga. Por cierto, por ahí dicen que su padre era también un joyón, solo que en onda alcohólica. Dice la nota:En un artículo publicado con consentimiento del escritor en la revista trimestral "Intelligent Life", Julie Kavanagh relata cómo se sintió seducida por Amis tras publicar un perfil del novelista para una revista femenina. Kavanagh lo describe como un personaje "cejijunto", con "labios a lo (Mike) Jagger" y "siempre con un pitillo entre los dedos", que ejercía una "distante fascinación". Era "tan ingenioso e irónico como Charles Highway (el protagonista de aquella primera novela), pero pequeño, muy pequeño y cariñoso, incluso sentimental", le recuerda hoy su ex novia. Amis y Kavanagh iniciaron entonces una relación que iba a durar tres años pese a la infidelidad del novelista, que terminó traicionándola. El artículo aparece meses antes de la publicación de un nuevo libro de Amis, titulado "Untitled Stories" (Historias sin Título) y que el autor ha calificado de "ciegamente autobiográfico". (...) Sin tapujos, Kavanagh relata cómo a veces en su presencia, Amis ejerció sus artes de seducción con otras mujeres como la artista y escritora Lamorna Seale, a la que dejó embarazada y que se ahorcaría en 1978. Seale, que estaba a la sazón casada, le dio una hija, a la que Amis no reconoció hasta que ésa tuvo dieciocho años. Kavanagh documenta su posterior sucesión de "affaires" con otras mujeres, entre ellas Emma Soames, nieta del ex primer ministro británico Winston Churchill y también conocida periodista.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Kundera sin prejuicios

Milan Kundera. Fuente: blogsFcom Difícilmente Milan Kundera volverá a tener el protagonismo que tuvo en la década de los 80 con la novela La insoportable levedad del ser. ¿Por qué se hizo tan célebre esa novela de título tan poco comercial y escrita por un autor tan radical? Quién sabe. Lo cierto es que Kundera no fue mejor ni peor en ese libro que en los otros suyos, y los que siempre lo amaron lo siguen amando hoy en día. Mercedes Monmany, por ejemplo, emocionadísima celebra la aparición de Un encuentro (Tusquets):Pocos autores o intelectuales de nuestros días son capaces de hablar con esa apasionada libertad, con esa falta de prejuicios con la que habla Kundera en un libro absolutamente original. Una forma que «se vincula a su personalidad de un modo tan indisociable como sus ideas». Lo hizo Malaparte en La piel. Lo hizo también Montaigne en sus Ensayos o, puestos a hablar de escritores salidos del «mundo sepultado de la Europa Central», el Nobel polaco Czeslaw Milosz en su Abecedario (Turner). En estos múltiples encuentros o chispas aparentemente fortuitas y sin conexión ninguna de la Historia, de la política, del arte y de sus representantes tanto marginales y repudiados como oficiales y pretendidamente legítimos de cada momento -ya sea hablando de Salman Rushdie, de Carlos Fuentes y de Philip Roth, de su querido Rabelais, de Schönberg o Iannis Xenakis, de Aimé Césaire y la fundación de la negritud, o de la cruel dictadura de salones reales o virtuales a la hora de enterrar en execrables listas negras a escritores hace nada ensalzados en lo más alto del Olimpo-, Kundera nunca oculta su fascinación y respeto por los invisibles, por los «inutilizables por su apoliticismo» -como Hrabal-, por los despreciados y enviados al basurero de la Historia, por los extranjeros perpetuos que sólo pueden señalar como Patria un viejo exilio prolongado; por los que se colocan en ángulos esquivos más que en iluminados centros; por los vilipendiados a diestro y siniestro que escogieron actitudes «descortésmente no ideológicas» -su admirado Skvorecky-; por los más proclives a ser olvidados, o por esos «escritores bastardos», como el serbio Danilo Kis, que siempre se declararon fuera de cualquier filiación simbólica («no soy disidente ni emigrante») o escena posible que los engullera. O por un «escritor comprometido» como Malaparte, antaño testigo neutral orgulloso de su exactitud, seguro de saber dónde están el mal y el bien, que al final de la Guerra Mundial habla por fin, tan sólo, en nombre del hombre dolido: en nombre del poeta



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

¿Basta de carátulas?

Carátula artesanal. Fuente: lacompañiadekrisol Aunque los editores españoles, en general, no tienen el buen gusto ni el ingenio de los editores norteamericanos para hacer portadas (o carátulas), algunas tienen lo suyo. Esta noticia de la que me entero por Literaturas.com hubiera sido genial para el fenecido blog colectivo "Basta de carátulas" que administraba con unos amigos. Aprovechando la Feria del Libro de Madrid, el portal Literaturas.com ha decidido dedicar un especial a las carátulas del 2008. Los lectores pueden comentar y votar por sus favoritas. Así lo explica el portal:Literaturas.com reúne en su especial Feria del Libro 09 a más de 100editoriales y 500 portadas de libros."Pedimos a todas las editoriales españolas que nos enviarán las 5 portadasde sus libros que por alguna razón (estética, sentimental, diseño,primeriza...) hubieran sido emblemáticas y estuvieran editados en 2008para mostrar a nuestros lectores. Hemos recibido de 107 editoriales untotal de 535 portadas de libros publicados en 2008. Ahora puedes verlas y votar por la que más te gusta" comenta el editor Nacho Fernández deLiteraturas.com



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Un perro llamado Oreja de perro

Un perro llamado Oreja de perro. Fuente: moleskine Atención para futuros editores: Los contratos editoriales de Mario Bellatin son más específicos que las exigencias de David Bowie para sus conciertos (y ya ni digamos de Madonna). Por ejemplo, en un contrato firmado con Almadia para la edición de La jornada de la mona se añadió la cláusula 16: "Se le dará parte de su pago en la mercancía de un perro xoloixcuintle, puro, perteneciente a la estirpe de perros del pintor francisco toledo....." Cuando el perro llegó por mensajería, al ver que tenía una oreja caída y la otra puntiaguda no se le ocurrió mejor idea que ponerle de nombre "Oreja de perro".Y es así que ahora existe un perro llamado Oreja de perro a quien no conozco pero espero pronto conocer. Nada, ni la gripe porcina, me impedirán ir a México a ver a Mario, a Perezvon y el querido Oreja de perro.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
29 de mayo de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Lo nuevo de Auster

Carátula de la novela. Fuente: macmillan Gracias al blog "En Minúscula" de Ezequiel Martínez me entero de que Invisible, la nueva novela de Paul Auster, estará en venta en EEUU en noviembre de este año. La pregunta es: ¿Cuándo estará en Anagrama? Lo más probable es que paralelamente a EEUU. Si no antes. Dice Ezquiel:Aunque él dice que "no es para nada autobiográfica", la próxima novela de Paul Auster arranca en 1967 en Nueva York, y su protagonista es Adam Walker, un joven aspirante a escritor, estudiante de la Universidad de Columbia. Cualquier semejanza con Paul Auster, entonces, sería pura conincidencia.La novela se llama Invisible y según anuncia su editorial, estará a la venta entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre de este año. La revista Granta adelanta un fragmento de la novela y su editor en los Estados Unidos, John Freeman, le realizó una videoentrevista al escritor en su casa de Brooklyn. Ahí Auster cuenta parte de la trama de la historia de este joven que vive intensamente esos años, y donde la sexualidad es mucho más explícita que en sus novelas anteriores. También habla de sus métodos de trabajo, de sus rutinas y del misterio de las ideas hechas ficción.Ezequiel en su blog enlaza un adelanto de la novela (vía Granta) y una entrevista al autor.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
26 de mayo de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Recordando a Benedetti

Mario Benedetti. Foto: Daniel Mordzinski/ Página12 En el suplemento "Radar" de Página12 han recordado noblemente al fallecido Mario Benedetti un grupo de escritores y periodistas argentinos. ¿Quién era este escritor tan conocido y, al mismo tiempo, tan olvidado por sus lectores? Un escritor cuyos versos simples y honestos lo mismo podían despertar sentimientos purísimos y profundos o creas algunas caricaturas, como los personajes de Eliseo Subiela. Juan Pablo Bertazza dice:Benedetti ?sería injusto negarlo? es casi una mala palabra para la actual poesía, a tal punto que pocos, muy pocos osarían tomarlo en cuenta. Y eso puede deberse a varias razones: tal vez su inventario poético terminó devorándose al resto de su obra, tal vez su poesía envejeció mal, tal vez no se pueda ser tan popular y de culto al mismo tiempo. Lo indudable es que en el mayor porcentaje del Benedetti poeta hay un Benedetti letrista. Lo curioso es cómo todos los otros Benedettis fueron muriendo a manos del Benedetti de Poemas de la oficina o Sólo mientras tanto, a manos de poemas que le gustaban a nuestros malos maestros de literatura, a manos de poemas que inundan las orillas de la red: el Benedetti periodista, el Benedetti militante de izquierda, el Benedetti crítico de cine, el Benedetti humorista, el Benedetti exiliado y desexiliado, el Benedetti narrador que despabiló al cuento uruguayo con las luces de neón de la ciudad, el kafkiano Benedetti de La tregua, el Benedetti maldito de ese conmovedor relato que es ?Sábado de gloria?, donde Benedetti reza a Dios ?una oración aplastante, llena de escrúpulos, brutal, una oración a mano armada? para que no se la lleve a su compañera. Todos esos Benedettis que, ahora, paradójicamente, quizás renazcan.Guillermo Saccomanno dice:Onetti, bastante escéptico en materia erótica, no se lo tomaba muy en serio. Lo juzgaba con una sobradora misericordia. Hace unos años, entrevistado en un documental sobre Benedetti, Gelman declaraba que gracias a esta poesía sencilla muchos lectores pudieron quizás conocer más tarde una poesía mayor. Para rabieta del elitismo, los poemas de Benedetti fueron canciones. Y volaron por el mundo. Quienes lo leían y cantaban sus letras no eran lectores de Mallarmé y Pound, pero encontraron en Benedetti una voz que los representaba y expresaba lo que muchos no sabían cómo decir. ¿No es acaso esa la función de la poesía: decir lo que no se sabe cómo nombrar? Convengamos, no ha sido poco el mérito de este poeta que supo alcanzar esos lectores que una supuesta alta cultura menosprecia. Tal vez el ?poeta menor? ?como lo habría calificado un Borges presumido? no lo sea tanto. Tal vez no se reduzca su gloria a ser ?un nombre en el índice de una antología?.El editor de Emecé, Alberto Díaz, recuerda:Borges decía que la muerte mejora cualquier biografía; en el caso de Mario la muerte no mejora su biografía, ya que su biografía siempre fue impecable: coherente en el compromiso político y en el pacto con sus lectores, a quienes nunca defraudó. Su vida privada y pública conformaban una sólida unidad sin fisuras, ni claudicaciones. Su calidad humana y sencillez son reconocidas por todos aquellos que tuvimos la oportunidad de tratarlo. Con él crecimos y soñamos millones de lectores en todo el mundo y hoy lloramos su pérdida. Trabajador incansable, la muerte lo sorprendió trabajando en un nuevo libro de poesía, Biografía para encontrarme. Como diría Machado ?fue un hombre en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno?.Además, aparece una entrevista a Mario Benedetti por María Esther Gillio.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
25 de mayo de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.