
Jesús Ferrero
Los cuatro elementos tienen dueño: el aire, el fuego, el agua, y sobre todo los tiene la tierra. Lo decía Lawrence de Arabia en Los siete pilares de la sabiduría: “La gente suele considerar el desierto como una tierra baldía, sobre la que cualquiera puede poner la mano; pero la realidad es que cada colina y cada valle tenía a alguien que era reconocido como su propietario y que estaba inmediatamente dispuesto a afirmar los derechos de su familia o de su clan contra cualquier intento de usurpación. Hasta los pozos y los árboles tenían sus propietarios.”
La información de Lawrence me recordó la obra de Ernest Becker La negación de la muerte, a la vez que me hizo pensar en la posesión y en sus vínculos con la destrucción. ¿Colocamos nuestras posesiones como una barrera ante la muerte, ignorando que la muerte no entiende de fuertes y fronteras? Poder y posesión tienen la misma raíz, y el poder que nos confiere una posesión nos crea la ilusión de que nos va a proteger de la muerte.
La TMT, Teoría del Manejo del Terror, postula que las mentes rígidas, cerradas y excluyentes están más obsesionadas con la muerte que las mentes abiertas y tolerantes. Y también más obsesionadas con la posesión.
La misma teoría vincula el miedo a la muerte con el tribalismo, con el instinto grupal y con la creación de masas. Las masas protegen y a la vez matan (Canetti), como protegen y matan las naciones cuando instauran la religión del terror: esa religión vinculada a la tribu y a la raza (nosotros contra los otros) que se apoderó de Europa desde 1914 a 1945. Unos cien millones de personas murieron en las dos contiendas, a las que hay que añadir el medio millón que murieron en la guerra civil española, que hizo de puente entre las dos guerras más racistas de la historia.
Puede que los tribalismos sean la única causa de que no se asiente entre nosotros una verdadera conciencia de la especie. Con tantas tribus y fronteras es difícil asimilar que somos una sola especie, y que nuestro único enemigo común es la muerte: la muerte de cada uno, y la muerte integral de la especie, que sería algo parecido al terror absoluto.
Lawrence de Arabia, Los siete pilares de la sabiduría, Huerga & Fierro, 2006, Ediciones B, 1997.
Ernest Becker, La negación de la muerte, Kairos, 2003
Elías Canetti, Masa y poder, Galaxia Gutenberg, 2002