
Ficha técnica
Título: Ritos funerarios | Autor: Hannah Kent | Traducción: Laura Vidal | Editorial: Alba | Colección: Contemporánea | Dimensiones: 14 x 21 | Encuadernación: rústica |ISBN: 9788484289715 |Páginas: 384 | Precio: 19,50 euros
Ritos funerarios
Hannah Kent
Basada en la historia real de la última mujer decapitada en Islandia, acusada del brutal asesinato de dos hombres, Ritos funerarios es una novela de suspense y de pasiones íntimas con el trasfondo del paisaje helado de la Islandia del siglo XIX. Agnes, mientras espera la hora de su ejecución, es confinada en la granja de un matrimonio y de sus dos hijas. Horrorizada, la familia ni siquiera quiere hablar con ella. Tan solo el joven ayudante de un pastor intenta comprenderla y salvar su alma. A medida que sus conversaciones progresan y el invierno deja su huella, el dilema se afianza: ¿fue Agnes culpable o no de los terribles hechos de que la acusan?
Hannah Kent, con su primera novela, un éxito ya en veinte idiomas, ha escrito «una de las mejores novelas criminales nórdicas» (The Independent).
Una hazaña impresionante…Ritos funerarios puede compararse con Alias Grace de Margaret Atwood y con La verdadera historia de la banda de Kelly de Peter Carey. The Sunday Times
Un argumento excelente…y una fábula fascinante que cuenta de lo que Agnes fue realmente culpable. Susannah Meadows, The New York Time
Prólogo
Dicen que debo morir. Dicen que le robé el aliento a unos hombres y que ahora ellos deben robarme el mío. Supongo, entonces, que todos somos llamas de vela, brillantes de grasa, parpadeando en la oscuridad y en el aullido del viento, y en la quietud de la habitación escucho pisadas, pisadas espantosas que se acercan, que vienen a apagarme y a sacarme la vida del cuerpo en forma de corona de humo gris. Me fundiré con el aire y con la noche. Nos apagarán a todos, uno a uno, hasta que quede únicamente su luz, bajo la que se ven ellos. ¿Dónde estaré yo entonces?
A veces me parece verla otra vez, la granja, ardiendo en la oscuridad. A veces siento la punzada del invierno en los pulmones y me parece ver las llamas reflejadas en el océano, esa agua tan extraña, tan trémula por la luz. Hubo un momento aquella noche en que me volví a mirar. Me volví a mirar el fuego, y si me lamo la piel, aún noto el sabor a sal. A humo.
No siempre ha hecho tanto frío.
Oigo pisadas.