
Eder. Óleo de Irene Gracia
Yoani Sánchez
Máquinas de bypass que se apagan, llantos de bebé que resuenan. Cuños que caen sobre las hojas para negar y censurar; kilobytes que llevan mi voz por Internet sin necesidad de moverme. Alguien que me mira ceñudo mientras habla por el walkie-talkie del control. Un pájaro llamado Twitter me alza entre sus patas. Oficinas con gente uniformada que confirman ?usted no puede viajar por el momento?, si bien ya estoy a miles de kilómetros de aquí, en ese mundo virtual que ellos no pueden comprender ni cercar.