
Eder. Óleo de Irene Gracia
Jorge Eduardo Benavides
Como todos sabemos, la metáfora es una figura literaria que establece una relación entre dos elementos y que gracias a la cual uno de ellos pasa a ser el sentido figurado del otro. Hay una comparación tácita que permite que este mecanismo funcione y que el lector acepte la frase «sus dientes eran perlas». Se trata de una metáfora básica que expresa no sólo el color, sino también una textura, un brillo, un cierto lujo que refuerza la idea de dientes sanos, agradables. (Aunque la metáfora sea ya manida…) Estas metáforas, llamadas de primer nivel, ponen en contacto dos elementos de forma más o menos explícita, como podemos deducir por el ejemplo citado. Pero también existen otras metáforas, llamadas de segundo nivel o de situación que permiten una conexión menos directa entre dos realidades, haciendo que ambas se insuflen vida, se contaminen -por así decirlo- mutuamente. Ya no se trata simplemente de dos elementos, uno de los cuales representa al otro, de manera figurada. Ahora hablamos de todo un sistema de elementos vinculados tácitamente entre sí y que, a ojos del lector, apenas dejan ver sus lazos. Se podría decir que no son del todo perceptibles en una primera lectura pero impregnan el ánimo del lector de manera contundente. Así, si lo que deseamos es contar la historia de un hombre que tiene problemas con su jefe y con sus compañeros de oficina, a través de una metáfora de situación podemos describirlo luchando contra la fotocopiadora, con la estrechez del cubículo que le han designado, atendiendo llamadas telefónicas que no le corresponden… elementos todos estos que permiten al lector establecer una conexión sutil con lo esencial: sus problemas laborales con los demás.
La propuesta de la semana:
Vamos a contar la historia de una pareja que afronta un momento de crisis y que parece resquebrajarse de un momento a otro. La vamos a situar en una fiesta, o bien en un paseo por la playa, o viniendo de una sesión de cine o donde ustedes quieran. La cuestión es que sin decirlo, a través de metáforas de situación, podamos presentar ante el lector el cuadro de aquella crisis por la que pasan los personajes.
Buena semana a todos.