Clara Sánchez
No hay nada más que salir fuera para darte de bruces con ellos. Incluso sin salir de casa: el otro día vino a cenar a la mía una estudiante suiza que hablaba de lo pequeños que son los hogares en España para la gran cantidad de hijos que tenemos. Tuve que aclararle que somos el país con la natalidad más baja de toda Europa, salvada a duras penas por los inmigrantes, y que le iba a costar trabajo encontrar una familia con cuatro o cinco churumbeles corriendo por un pequeño habitáculo a lo neorrealismo italiano. Aun así, la suiza erre que erre, me dieron ganas de darle con la sartén en la cabeza.
Los tópicos son muy sólidos. Hace poco pasé unos días en Sao Paulo. El hotel estaba situado muy cerca del sambódromo, con capacidad para miles de personas, pero ahora estaba vacío, solitario, emanando una falta de fiesta y diversión tal descomunal como sus instalaciones. Cuando llegue el momento de usarlo (no recuerdo en qué mes) aquello se llenará, pero mientras tanto la gente de Sao Paulo va y viene ensimismada en el trabajo y en trayectos alucinantes. Nada de samba, colores sobrios en la ropa. Todo son tópicos me dice una amiga brasileña.