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Blogs de autor

Un artista del hambre

Por 10 de julio de 2008 Sin comentarios

Javier Rioyo

Ciertamente que Buscarini, Armando Buscarini, nos cae muy bien. Sobre todo si no hablamos del escritor, si tuviéramos que hablar de sus poemas, de su ficción biográfica, "El arte de pasar hambre", o de su correspondencia -esa vergonzante manera de humillarse para supervivir- el juicio sería una mezcla de burla y sorpresa. No se pueden tomar muy seriamente los escritos de este buen hombre alucinado, vanidoso, bohemio, pesado, desdichado, buenazo, paranoico y otras cualidades que adornan la vida y obra de este Antonio García Barrios que vivió entre la fatalidad, la locura y finalmente en el olvido de los hospitales psiquiátricos. Nos cae bien. Es un personaje más trágico que cómico y eso nos produce ternura. Por haber vuelto a su pueblo natal, por haber estado en Ezcaray he vuelto a pensar en él pobre destino de esos que sin talento, sin razón, ni sentido, se empeñan en vivir de sus poemas, de sus cuentos. No lo tuvo fácil. Seguramente algunos de su misma incapacidad tuvieron suerte distinta.

Me gusta que una pequeña, empeñada y bonita editorial de bolsillo, rescate su nombre. Incluso su obra. Todo se puede leer desde otra óptica. Y al final, gracias a los hermanos Martín, hemos conocido casi la obra completa de este olvidado de nuestra literatura maldita. No consiguió como pretendió en vida que Alfonso XIII, el Estado, le hiciera una "edición soberana" de su obra. Tampoco que a su muerte todos los escritores guardaran cinco años de luto. Nadie se enteró de su solitaria muerte en un manicomio de Logroño en 1940, después de una guerra de la que ni siquiera se enteró. "Ángel del arroyo" le llamó Juan Manuel de Prada, no tan angelical, pero sí inocente poeta que vivirá sin haber dejado de ser un mediocre artista del hambre. Ahora, además de la editorial con su nombre -muy interesante ese librito a tres manos Las musas de Roschach– tenemos publicados sus poemas (in) completos: ‘Orgullo’.

De un libro juvenil, aquí copio algunos versos:

"Yo soy un triste joven de ardiente sed carnal / porque como a Verlaine me devora ese mal / y busco en los burdeles sediento de lujuria/ las mujeres que calmen mi afrodisíaca furia: / esas mujeres propias mártires de sus vidas, / que tienen cadavéricos semblantes suicidas. / Y encuentro en las caricias de esas pobres rameras / como un florecimiento de muertas primaveras…"

Siguió escribiendo, no mejoró, pero nunca perdió la fe en sí mismo. Si le hubiéramos conocido creo que también estaríamos en la lista de los sableados, de aquellos que compraron sus poemas de venta en la calle o de esos otros que pagaron sus intentos de dejar de ser un artista del hambre.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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