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Deshojando margaritas

Por 10 de junio de 2008 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Una de las consecuencias de la huelga de guionistas en los Estados Unidos fue el acortamiento de la primera temporada de Pushing Daisies. Lo que debió haber sido una sucesión de 22 capítulos quedó en apenas nueve, el último de los cuales se vio en América Latina la semana pasada. Es decir que la temporada inicial no fue tan suculenta como las pasteles que hornea Ned (Lee Pace), el protagonista, pero de todos modos constituyó una tarteleta deliciosa -que por cierto, nos dejó pidiendo más al mejor estilo Oliver Twist.

La serie Pushing Daisies es una creación del guionista y ahora también productor Bryan Fuller. En los Estados Unidos, los guionistas de TV que trabajan con cierta regularidad pueden presentar sus propias ideas a las cadenas, y si además de talento tienen suerte es posible que obtengan la aprobación y el presupuesto para producir sus propias series. Fuller ya había tenido reconocimiento crítico, aunque no popular, con Wonderfalls. Ahora, con Pushing Daisies, está probando lo mejor de ambos mundos.

Imagínense a un guionista de la TV hispanoamericana -gente sufrida, si la hay-, proponiendo a un ejecutivo local la historia de Pushing Daisies: ‘Es la historia de este muchacho, Ned, que siendo niño descubre que tiene el poder de devolver la vida a los muertos con sólo tocarlos. Ahora bien, con el poder vienen dos complicaciones. La primera es la siguiente: si Ned vuelve a tocar a alguna de las personas que acaba de revivir, la mata para siempre -ya no puede resucitarla. Y segunda: si no vuelve a tocar, esto es a matar, a quien acaba de resucitar antes de que transcurra un minuto de su ‘nueva’ vida, alguien -una tercera persona, esto es un inocente- morirá como fulminado por un rayo. Esta situación pone en marcha la historia, dado que Ned mata de este modo involuntario al padre de su mejor amiga, ‘Chuck’ Charles (Anna Friel), cosa que por supuesto no le confiesa. Años más tarde, siendo Chuck víctima de un crimen, Ned decide resucitarla y afrontar los costos. El problema que deriva de esta decisión es el siguiente: Ned no puede volver a tocar a Chuck, porque si lo hiciese volvería a matarla. Y para dos enamorados, no tocarse jamás se parece mucho a una complicación’.

Lo dicho: no me imagino a Canal 13 produciendo semejante serie. Lo más complicado que se les ocurre aquí es la historia del romance entre el portero de un edificio y la encargada de otro…

Pushing Daisies es una maravilla. Ubicada en un mundo fantástico a mitad de camino entre Amelie y Tim Burton, con un humor negro inevitable (Ned ayuda a su socio Emerson Cod a resolver crímenes, mediante el simple expediente de resucitar víctimas durante menos de un minuto y preguntarles quién las mató) y unos diálogos a ritmo de ametralladora que hacen que uno extrañe menos a Gilmore Girls, la serie de Fuller es en esencia una historia de amor, la más imposible de todas (¡ah, lo que daría uno para que Ned y Chuck pudiesen besarse!) y quizás por eso la más tierna. A fin de cuentas, ningún amor es más entrañable y más cierto que aquel que persevera aun cuando no pueda disfrutar nunca de sus mieles más elementales. 

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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