Clara Sánchez
Como escritora me sentí tratada con respeto, con amabilidad y con cercanía por Isabel Polanco. No sé cómo lo hacía pero lograba que te consideraras lo suficientemente importante como para confiar en tus propios sueños y seguir adelante. La Isabel que yo conocí era luchadora, trabajadora, generosa y muy comprometida con sus escritores. Tenía un rostro despejado, luminoso como si no pudiera atravesarlo ningún mal pensamiento y la sonrisa de quien ama la vida. Nunca la olvidaremos.
"¿Cuándo será que pueda
libre desta prisión volar al cielo,
Felipe, y en la rueda,
Que huye más del suelo,
Contemplar la verdad pura sin duelo?
Allí a mi vida junto,
en luz resplandeciente convertido,
veré distinto y junto
lo que es y lo que ha sido,
y su principio propio y escondido.
Entonces veré cómo
la soberana mano echó el cimiento
tan a nivel y plomo,
do estable y firme asiento
posee el pesadísimo elemento.
………
Veré sin movimiento
en la más alta esfera las moradas
del gozo y del contento,
de oro y luz labradas,
de espíritus dichosos habitadas"
(A Felipe Ruiz, Fray Luis de León)