Javier Rioyo
Tengo de fondo la dulce voz de Carla Bruni. Esta hermosa tiene muchas caras y mucho fondo de armario. Tiene bonitas canciones. Y otras cosas bonitas, al menos hasta donde yo he podido ver. Ahora la veo de otra manera, casi con sus últimos discos me pareció una musa de algo así como un post-existencialismo. Ahora, con otros amigos, otros trajes, otras fotos, la veo distinta.
El querido Joubert decía que "el pudor inventó los ornamentos". Es posible que por pudor nos vistamos, disfracemos, cambiemos de ropa, de aspecto y así creamos ser otros. Seamos lo que parecemos.
¿Somos lo que vestimos? Me he sorprendido con una foto de Víctor Manuel -en compañía de José Ramón de la Morena y Alonso- en una mina y disfrazado de minero. De repente ese que conozco, ese tan cuidadoso de que sus ropas se parezcan a sus maneras de estar en el mundo, de cantar, el sobrio y elegante Víctor Manuel, ese cantante que casi siempre sabe combinar bien los negros y grises; ahora, vestido de minero, podría parecerse a cualquier minero. A ese abuelo que fue picador allá en la mina. Una vez más me daba cuenta de lo importante que son nuestros hábitos. Somos lo que aparentemos, lo que parecemos, lo que vestimos. Para ver de verdad a la persona hay que mirar mucho, mirar el rostro, despojarlo de los vestidos. Incluso de los desnudos. Vuelvo y cierro con otro pensamiento prestado, robado a Joubert:
"Es casi exclusivamente a través del rostro cuando somos nosotros mismos; el cuerpo desnudo muestra el sexo más que la persona: no se piensa en el rostro de alguien cuando vemos su cuerpo desnudo; el vestido, pues, hace destacar el rostro.
La persona está propiamente en el rostro; sólo la especie está en el resto"
Así será. Muchas veces me cuesta distinguirnos de las especies.