Marcelo Figueras
Hasta no hace mucho la perspectiva de ver la nueva película de Francis Ford Coppola en años, Youth Without Youth, me daba un poco de temor. Nadie quiere admitir que uno de sus cineastas favoritos de toda la vida ya no es lo que era, y una película pequeña basada en un libro de Mircea Eliade no suena a competencia justa con la dimensión mítica de los Padrinos, de Apocalypse Now y hasta de las joyas menores de la corona, como Rumble Fish y The Conversation. Pero ahora, lo admito, tengo muchas ganas de ver la película -y mucha emoción contenida.
Mientras leía la entrevista que Rocío Ayuso publicó ayer en El País remozado, pensaba que en buena medida la mejor ficción de Coppola siempre ha admitido una lectura autobiográfica: aquella que no hunde los relatos de manera autorreferencial, sino que los ilumina al proporcionarle ecos que van más allá de lo lineal. En algún sentido El Padrino cuenta cómo un joven por quien nadie apostaba una ficha terminó quedándose al mando de un imperio, del mismo modo en que el joven Coppola se convirtió en realeza de Hollywood a partir del éxito de su película. Apocalypse es la historia de un hombre a quien se le ha concedido un poder omnímodo que acaba enloqueciéndolo. (Algo que puede predicarse tanto del Kurtz de Marlon Brando como del mismo director.) The Conversation habla de un hombre cuya vida pasa por espiar vidas ajenas, cosa que puede predicarse casi de cualquier narrador. Y Tucker: A Man and His Dream, una de sus películas que pasaron más desapercibidas, cuenta la derrota final de un hombre osado y creativo -¡como Coppola!- a manos de un sistema que prefiere la obediencia a la excelencia.
Esta Youth Without Youth suena cargada con el mismo tipo de munición. Habla de un viejo profesor de linguística, Dominic Mattei (Tim Roth), al que un rayo providencial le devuelve la juventud física al tiempo que le permite conservar la sabidiría adquirida en tantos años. ¿Puede concebirse una imagen más transparente de lo que a Coppola le gustaría tener, energía juvenil para contar las historias que ha ido madurando en simultáneo con sus vinos?
A propósito de la película, Javier Porta Fouz recordaba el sábado en adn, la revista de cultura del diario La Nación, lo que decía un personaje clave en Peggy Sue Got Married, una de sus películas más olvidadas: "Si hubiese sabido entonces lo que ahora sé, habría hecho las cosas de manera diferente".
Ojalá Coppola haya entendido que todavía está a tiempo, con rayo o sin él. El cielo sabe que el cine de hoy necesita algo de lo que perdió desde que este hombre se llamó a silencio.